La militancia de ERC vota sí al acuerdo de investidura con el PSC

Según los resultados provisionales, el 53,5% de la militancia ha votado sí en la consulta para investir a Salvador Illa, mientras que el 44,8% ha votado no. En total 3.397 afiliados han decidido aprobar el preacuerdo de investidura, mientras que 2.847 de los militantes lo han rechazado.

Las bases republicanas avalan así el preacuerdo entre ERC y el PSC para investir a Salvador Illa como Presidente de la Generalitat. Esquerra comunicará próximamente la decisión a la Diputación Permanente del Parlament para poner en marcha los mecanismos de convocatoria de la sesión de investidura. Esta podría tener lugar el 7 y 8 de agosto, lo cual cumpliría con las expectativas de los republicanos que quieren acelerar los tiempos para evitar el desgaste de la decisión.

Un aval para la dirección, pero más fractura interna

Pese al intenso debate generado en el seno de la militancia republicana, lo más lógico era pensar que se impondría el sí. El debate ha estado controlado en todo momento por la dirección. Importantes dirigentes como Pere Aragonès, Raquel Sans, Joan Ignasi Elena, Elisenda Alamany, Anna Simó y Laura Vilagrà han recorrido el territorio presentando el acuerdo a las diferentes asambleas territoriales.

Pero además de la influencia que haya podido ejercer la dirección, era lógico pensar que la mayoría de la militancia se decantaría por el sí. La animadversión hacia Junts ha pesado más que la desconfianza hacia el PSC. Además, se ha consolidado la percepción de que el acuerdo es el mal menor porque permite aplazar la crisis interna, mantener cierta cuota de poder e impedir unas elecciones anticipadas que solo irían a favor de Junts.

El aval de la militancia ofrece más legitimidad al pacto y permite a la dirección de ERC cubrirse las espaldas ante la avalancha de críticas que se les viene encima. Pero la consulta también ha evidenciado la fractura existente en la organización y podría incrementar la tensión entre los diferentes sectores. Muchas incógnitas se abren a partir de ahora, y una de ellas será ver si son capaces de recoser el partido.

El PSC celebra el resultado

ERC insiste en que no es un acuerdo de gobierno sino de investidura, y que la continuidad de la legislatura dependerá del cumplimiento de los compromisos. En este sentido, otra incógnita que se abre es cómo funcionarán a partir de ahora las relaciones ERC-PSC. Esquerra ya ha dicho que se va a la oposición y que su intención en todo caso es condicionar el gobierno en minoría de PSC y los Comuns.

Aquí aparece la larga sombra de Junts, que podría intentar debilitar la relación entre ERC y el nuevo gobierno -por ejemplo metiéndose en la negociación de los presupuestos. De todos modos, habrá que ver qué oposición ejerce Junts, y como el PSC da salida a los compromisos del acuerdo. Lo cual lleva a formularse otra pregunta, que es cómo afectará en la crisis interna del PSOE el preacuerdo aprobado hoy por las bases de ERC.