Fotomontaje de los rostros de la consellera de Educació Anna Simó y el presidente del Govern Pere Aragonès
POLÍTICA

La medida del gobierno de Noruega que saca los colores a la Generalitat en educación

El país escandinavo ha impulsado medidas educativas para rectificar el déficit de hábitos de lectura

Recientemente, Noruega ha lanzado una ambiciosa estrategia educativa para revertir la preocupante tendencia de las habilidades lectoras decrecientes entre sus jóvenes. Las encuestas internacionales PISA y PIRLS han demostrado que los niños y jóvenes noruegos tienen menos ganas de leer y habilidades lectoras más pobres que antes. En respuesta, el gobierno noruego ha implementado una serie de medidas robustas para fomentar la lectura, involucrando a toda la sociedad, desde las escuelas hasta los hogares y las bibliotecas.

La ministra de Cultura e Igualdad y la ministra de Conocimiento han subrayado la importancia de la lectura como una habilidad fundamental para la vida cotidiana y la democracia.

Noruega está invirtiendo significativamente en la adquisición de libros de texto impresos. Disponen de un propuesto de 300 millones de NOK para este año, lo que proporcionará más de un millón de libros a los alumnos en todo el país. Esta inversión en recursos educativos impresos nunca se había hecho antes a tal escala.

Contrastemos esto con la situación en Cataluña bajo la gestión de la Generalitat. A pesar de que se reconocen los desafíos en la educación, las medidas adoptadas parecen quedarse cortas en comparación. La inversión en recursos educativos en Cataluña es insuficiente, y la falta de una estrategia coordinada y robusta para mejorar las habilidades lectoras de los jóvenes es evidente.

Plano medio corto de Anna Simó mirando al horizonte con dos micros delante

Noruega ha entendido la necesidad de volver a los libros físicos para mejorar la comprensión lectora, que son cruciales para muchos alumnos.

Además, la estrategia noruega incluye la creación de una nueva iniciativa nacional de lectura, “Tiempo de lectura”, para reforzar la educación lectora en las escuelas. En contraste, las iniciativas en Cataluña son menos ambiciosas.

Es más, las lecturas han dejado de ser obligatorias en las PAU. Eso demuestra la bajada de nivel del estudiantado en los últimos años.

El enfoque inclusivo de Noruega, que involucra a todas las partes interesadas, desde las escuelas hasta las bibliotecas y las familias, es un modelo que Cataluña podría emular. La Generalitat debe reconocer que una estrategia educativa efectiva requiere una inversión sustancial y una colaboración intersectorial genuina.

En resumen, mientras Noruega toma medidas decididas para mejorar las habilidades lectoras y fomentar el amor por la lectura, la Generalitat sigue quedándose atrás. Cataluña podría adoptar una estrategia similar, con un enfoque integral y recursos adecuados, para asegurar que sus jóvenes no queden rezagados en habilidades fundamentales para su futuro.

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