Montaje con un primer plano de Dolors Feliu gritando con cara de enfadada y un plano medio de Puigdemont mirando hacia Dolors Feliu con cara de incredulidad. De fondo, varias banderas esteladas en la manifestación independentista
POLÍTICA

Más problemas para Puigdemont y Aragonès

La ANC pone las bases para presentarse a las elecciones

ERC y Junts per Catalunya han vivido esta semana un nuevo repunte de las tensiones por los acuerdos con el PSOE, que aún colean. Los republicanos reivindican su estrategia del diálogo invitando a los demás partidos a la mesa de negociación. Y los juntaires lo rechazan y ponen en valor su propuesta de mesa bilateral con un verificador internacional.

Pero mientras Pere Aragonès y Carles Puigdemont rivalizan, el grueso del independentismo clama contra ellos. Las bases piden renovación y nuevos proyectos con nuevos liderazgos. La Assemblea Nacional Catalana ha dado un primer paso para formar una lista alternativa y dar la estocada definitiva a los partidos procesistas.

La ANC reunió a las asambleas de base con representantes territoriales y sectoriales, y los miembros del secretariado nacional. El objetivo era evaluar el momento actual, intercambiar ideas y definir los proyectos del futuro. Proyectos como la creación de una lista con la que concurrir a las próximas elecciones al Parlament de Cataluña.

El Procés ha muerto

En el encuentro se habló de los procesos participativos para escoger los candidatos de la lista, o el código ético para presentarse. La intención es seguir trabajando para dar forma a un proyecto que asusta mucho a ERC y Junts. La lista cívica podría canalizar la indignación que ya se expresó en las generales con la abstención.

ERC se llevó la peor parte, ya que perdió 400.000 votos y pasó de 13 a siete diputados. Pero Junts también perdió 137.500 votos y un diputado, y la CUP quedó directamente fuera del Congreso. La campaña electoral del 23-J estuvo marcada en Cataluña por la campaña abstencionista del independentismo indignado.

Meme que anima a la abstención en las elecciones del 23 de julio

El movimiento soberanista lleva tiempo reclamando la creación de una opción política que pueda expresar el descontento más allá de la abstención. Dado por muerto el Procés, creen que ha llegado el momento de nuevas opciones que asuman el reto de la independencia sin renuncias. Es decir, que implementen el mandato del referéndum del 1-O.

ERC y Junts tiemblan

Además de discutir sobre la lista, la ANC debatió sobre futuras movilizaciones y campañas para reactivar un movimiento desmovilizado. Esto no es nada baladí, porque amenaza con discutir a los partidos su papel director en el proceso. ERC y Junts tiemblan ante la más que posible caída en las próximas elecciones catalanas.

No es para menos, ya que según la última encuesta del CEO los partidos independentistas quedarían lejos de la mayoría absoluta. Los partidos que más subirían serían el PSC y el PP. Aunque la encuesta no tiene en cuenta las nuevas listas que podrían presentarse, como la ANC o la Aliança Catalana de Sílvia Orriols.

Nuevos liderazgos

Esto abre un debate sobre las estrategias del movimiento independentista, ya que algunos ven la presentación de nuevas listas como una peligrosa fractura. Creen que esto dividirá el voto favoreciendo a los partidos del bloque constitucionalista. Sin embargo, hay quienes defienden la necesidad de castigar a los partidos procesistas y a sus líderes.

Montaje con un primer plano de Oriol Junqueras y Carles Puigdemont, los dos con cara seria

Esquerra confía en movilizar su poder territorial para mantener el tipo antes unas elecciones que se presentan catastróficas. El desgaste del gobierno en minoría, la pugna interna entre Junqueras y Aragonès, y el sambenito de la alianza con el PSOE les deja al borde del abismo. Lo peor es que no hay nuevos liderazgos para reflotar el partido.

Junts, por su lado, confía en el ‘factor Puigdemont’ para darle la vuelta a la situación. Son conscientes de que el acuerdo con el PSOE ha hecho daño al partido y que costará volver a recuperar la confianza de un electorado que ya les mete en el mismo saco que ERC. Lo peor es que Puigdemont ha perdido el áurea del presidente en el exilio y ya es un “botifler” más.

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