Los catalanes pasan de Pere Aragonès

La sociedad catalana ha pasado del hartazgo a la desidia con sus máximos dirigentes. Para muestra un botón, la entrevista al President de la Generalitat, ayer, en el prime time de TV3, fue un pinchazo espectacular. Solo un 13,3% de espectadores, 258.000, siguieron la entrevista de Ariadna Oltra a Pere Aragonès.  

Y esto a pesar de que el Telenotícies, antes de la entrevista, volvió a ser el programa más visto con 577.000 espectadores (24,9%). Es decir, más de la mitad de los catalanes que vieron el TN Vespre cambiaron de canal cuando salió Aragonès. Una muestra del poco interés que despierta el presidente de Cataluña.

La de anoche fue la primera entrevista al President de la Generalitat, Pere Aragonès, tras la investidura de Pedro Sánchez. TV3 modificó la parrilla e hizo una programación especial, con conexión desde el Palau de la Generalitat. Después, Xavier Grasset condujo un especial 3/24 analizando las palabras del President.

Falta de interés y desconfianza

Lo peor que le puede pasar a un dirigente es que lo que dice ya no interese a nadie. Lo cual quiere decir dos cosas, o lo que dice es irrelevante, o los ciudadanos ya no se creen lo que dice. Los bajos niveles de audiencia muestran una falta de interés o una profunda desconfianza de los catalanes hacia el President.

Aragonès aprovechó su momento para defender la estrategia del diálogo promovida por ERC e invitar a Junts a la mesa de diálogo. Una oferta que ha abierto una nueva pelea con los de Puigdemont. El problema para ambos partidos es que los independentistas ya los meten a todos en el mismo saco.

El pinchazo de Aragonès en TV3 es también síntoma del acelerado declive del procesismo. Los acuerdos con el PSOE han acabado por fracturar al movimiento independentista entre las bases y su dirección. Esquerra y Junts podrían sufrir las consecuencias en las próximas elecciones, con otro batacazo electoral.

Los problemas de ERC

El President Aragonès dio la entrevista con un tono solemne, mientras su partido afronta una importante crisis interna de confianza. Interna, porque Oriol Junqueras y Pere Aragonès siguen disputándose el control del partido. Y de confianza, porque el independentismo les ha dado la espalda por “traidores”.

Sin un liderazgo claro y cayendo sin remedio en las encuestas, ERC afronta un período complicado. Su único consuelo es que ahora Junts ha pasado a engrosar también las filas de los traidores y botiflers. Puigdemont va camino de alcanzar la cota de impopularidad de la que hasta ahora gozaba Pere Aragonès con exclusividad.