Más presión para Puigdemont

El grueso del empresariado catalán tiene claro que unas nuevas elecciones pondrían en jaque la estabilidad económica. Su prioridad es que los partidos se pongan de acuerdo para asegurar la investidura cuanto antes. En esta línea, importantes empresarios han contactado con el partido de Carles Puigdemont para convencerle de apoyar a Pedro Sánchez.

Los expertos llevan días advirtiendo de que un bloqueo político sumiría al país en una crisis y esto frenaría el crecimiento económico. De hecho, las inversiones ya se han frenado a la espera de ver cómo se resuelven las negociaciones. En este contexto, los empresarios catalanes ven con preocupación el riesgo de una reactivación del conflicto catalán.

Por eso se han puesto en contacto con dirigentes como Jordi Turull y Josep Rull, y en especial del sector moderado. Esto incluye nombres como Jordi Sánchez, Jaume Giró y Victòria Alsina. La intención es que presionen a su centro de poder en Waterloo para garantizar la gobernabilidad y volver al sendero de la estabilidad económica.

En busca de la estabilidad

Esto coincide con los últimos movimientos del empresariado catalán, que hace unos meses se acercaron al PSC. Figuras importantes de la élite económica ven a Salvador Illa como la moderación necesaria tras los años turbulentos del procés. Ahora, su estrategia pasa porque Puigdemont dé su brazo a torcer con el PSOE.

Por ahora reina el escepticismo en el ámbito empresarial. Su preocupación es que no tienen contacto directo con Puigdemont, y están convencidos de que será él quien tendrá la última palabra. Temen que el expresident acabe cediendo a las presiones del independentismo radical y fuerce una repetición electoral.

Artur Mas, la llave hacia Puigdemont

Ante esta situación, solo hay una persona en quien confían para convencer a Puigdemont. Se trata de Artur Mas, una persona muy bien relacionada con los empresarios y a su vez con Waterloo. Además, en los últimos días se ha mostrado favorable a facilitar la investidura de Pedro Sánchez.

El grueso de la empresa catalana apuesta por una reforma de las relaciones con España que amplíe las competencias para Cataluña. Esta solución favorecería al crecimiento económico e impediría un referéndum que solo traería incertidumbre. Y en economía, la incertidumbre se traduce en recesión.

El mundo empresarial en Cataluña y el País Vasco entiende que se abre un momento ideal para avanzar en la solución del problema territorial. Una solución que tiene que llegar a través del acuerdo político y sin los sobresaltos de los últimos años. Por eso proponen que el PSOE haga una ambiciosa propuesta de remodelación y que sea aceptada por los nacionalistas, incluido Junts.