Mujer hablando en un micrófono durante un evento.
POLÍTICA

Los Comuns se jactan de marcar el paso a Salvador Illa

La izquierda woke catalana necesita cualquier cosa para revertir su decadencia electoral

Los Comuns intentan recuperar protagonismo tras su antológico batacazo electoral en las últimas elecciones autonómicas. Y lo hacen marcando perfil dentro del tripartito y vendiéndose como fuerza clave del nuevo equilibrio parlamentario. Su estrategia es clásica en el contexto de gobiernos en minoría: señalar públicamente que condicionan la agenda de Salvador Illa.

La coordinadora del partido, Candela López, lo dejó claro la semana pasada. “En los últimos meses, los Comuns hemos marcado la hoja de ruta del nuevo Govern en políticas de vivienda y también con el cierre de la Oficina de la Generalitat en Tel-Aviv”, afirmó ante los medios. Un mensaje directo que busca resituar a los Comuns como fuerza útil dentro de su cada vez más pequeño electorado:

De hecho, este lunes se ha anunciado un nuevo acuerdo entre el Govern y los Comuns. Se trata del tercer suplemento de crédito, una prórroga presupuestaria pactada tras largas negociaciones. Incluye partidas para educación, vivienda, transporte e infraestructuras sociales. La implicación de los Comuns en el acuerdo refuerza su discurso de corresponsabilidad política, es decir, de su electoralismo.

Dos personas sostienen documentos de los partidos

El pacto prevé 37 millones para reforzar el catalán, el inglés y las matemáticas. También contempla 15 millones en comedores escolares en centros de "alta complejidad" y 2.000 millones para nuevas plazas en residencias. Además, se incluyen estudios ferroviarios y planes de vivienda de emergencia.

He sido yo

Desde los Comuns insisten mucho en que ellos han influido de forma decisiva en todas estas medidas. Intentan así capitalizar políticamente su pequeño papel en el Parlament. Con solo seis diputados, a los Comuns les ha ido de un escaño arriba o abajo para quedarse en la irrelevancia política.

Ahora, buscan compensar esa caída con visibilidad y presión sobre el PSC, que es exactamente lo mismo que hacen ERC y CUP. Marcar distancia ideológica les permite mantener su electorado, pero sin romper el bloque de apoyo al futuro Govern. De lo contrario, una ruptura del Govern les arrojaría a su peor miedo: un adelanto electoral. Por paradójico que parezca, la estabilidad de este Govern depende del fracaso de Comuns y ERC.

Además del área social, los Comuns han presionado en otros temas ideológicamente más agradecidos. Nos referimos a la presión en materia inmobiliaria o el cierre de la oficina de la Generalitat en Israel. Esto explica que los Comuns hagan la máxima propaganda posible de estos logros.

De momento, el PSC acepta el juego por interés propio. Necesita aliados estables para una legislatura que ya se orienta al 2027 (autonómicas y municipales). 

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