Puigdemont antes de una rueda de prensa en Argelers
POLÍTICA

Los 3 pasos que quiere seguir Junts para forzar la repetición electoral en Cataluña

Puigdemont no tiene los apoyos para ser investido y difícilmente los conseguirá. Objetivo: volver a las urnas en octubre

Todo indicaba que Junts quería la presidencia del Parlament para que fuera Carles Puigdemont el primer candidato en intentar ser investido presidente de la Generalitat. Sin embargo, los planes en el partido procesista han cambiado. Ahora, con la presidencia de la cámara catalana en su poder, los juntaires optan por otra estrategia. 

La prácticamente imposible posibilidad de que el PSC se abstenga a la investidura de Carles Puigdemont y la opción de que ERC acabe pactando con el PSC para investir a Salvador Illa ha empujado a Junts a trazar un nuevo plan. Y este pasa por provocar una repetición electoral en Cataluña, que sería en octubre. Para conseguirlo hay tres pasos clave que los juntaires quieren forzar.

Rull y Turull en un acto de Junts per Catalunya

La vuelta de Carles Puigdemont para el primer pleno de investidura

Junts repite por activa y por pasiva que Carles Puigdemont volverá a Cataluña para el primer pleno de investidura, que se celebrará el día 25 de junio. A pesar de que sigue vigente la orden de detención que pesa sobre el líder procesista -y aunque tampoco sería la primera vez que dice que volverá y no lo hace-, los juntaires siguen insistiendo en que Puigdemont volverá para este pleno a pesar del riesgo de ser detenido.

Junts presupone que la vuelta de Carles Puigdemont agitará el electorado procesista. Si es detenido cuando pise Cataluña, será un argumento victimista perfecto para explotar de cara a esta hipotética repetición electoral. Y si no lo arrestan, igualmente tendrán a su principal activo en tierras catalanas para poder hacer campaña in situ de cara a estos nuevos comicios que se celebrarían en octubre.

Que Salvador Illa sea el primero en intentar la investidura

Hay un elemento que Junts no puede controlar: la posibilidad de que ERC acabe pactando con el PSC. Eso sí, lo que pueden hacer es forzar los tempos para complicar un posible acuerdo entre socialistas y republicanos. Y más, ante las dudas crecientes entre las bases de Esquerra para pactar con el PSC, algo que dificultaría el margen de maniobra de la dirección del partido. Para ello, los juntaires pueden utilizar la presidencia del Parlament que ostentan desde el pasado lunes.

Montaje de Puigdemont y Salvador Illa con el proyecto de Hard Rock de fondo

Si ninguno de los candidatos a someterse a la investidura (Illa y Puigdemont) tiene los apoyos necesarios para ser proclamado presidente, Josep Rull puede proponer al líder socialista para que lo intente primero. Al fin y al cabo, el PSC es quién tiene más escaños en el Parlament y por lo tanto “le tocaría intentarlo”. Si este renuncia o fracasa al no tener tiempo para pactar con ERC, sería el turno de Carles Puigdemont. Y aquí es dónde entre el tercer paso previsto por los juntaires.

Que Carles Puigdemont se someta a una investidura fallida y culpar al PSC

Con Carles Puigdemont en Cataluña y con Salvador Illa sin haber conseguido ser investido, sería el turno del líder de Junts. En este escenario, podrían forzar al PSC a que permita la investidura de Puigdemont para evitar así una repetición electoral. 

A pesar de las amenazas de hacer caer a Pedro Sánchez en el Congreso si los socialistas no ceden, parece igualmente complicado que el PSC dé su brazo a torcer. Pero, aún así, podrán fabricar el relato de que Salvador Illa no consiguió los apoyos necesarios y que, si hay repetición electoral, será por culpa del PSC por no querer abstenerse a la investidura de Puigdemont.

Normalmente, el “culpable” de forzar nuevas elecciones es castigado en las urnas y este plan permitiría a los juntaires señalar a los socialistas en campaña. De este modo, con Puigdemont en Cataluña y echando las culpas al PSC, Junts podría intentar recortar las enormes distancias con Illa del pasado 12-M en la vuelta a las urnas en octubre.

Otra cosa es que este plan funcione. Ya no solo porque se acaben cumpliendo todos estos pasos, sino porque los votantes acaben comprando este relato. Las encuestas publicadas hasta ahora y los trackings internos que manejan los partidos no deberían invitar al optimismo en Junts. 

Y es que estas previsiones auguran que unas nuevas elecciones beneficiarían al PSC. Y a Junts, si lo hacen, sería por muy poco e igualmente complicarían que Puigdemont pueda ser investido tras unas segundas elecciones. Pero, teniendo en cuenta los malos resultados obtenidos el 12-M (a pesar de que ellos intentaron maquillarlo), los juntaires podrían probar de volver a tirar los dados de nuevo en otoño a ver si hay más suerte.

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