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Lo mejor del debate de TV3: que no habrá ninguno más antes del 12-M
El cuarto y último debate entre candidatos antes de las elecciones no pasará precisamente a la historia de la democracia
Primero fue el debate de RAC1 y La Vanguardia. Después vino el de RTVE y el de La Sexta. Y este martes era un turno de TV3. Un debate, el de la televisión pública catalana, que siguió la misma línea de los otros tres: fue un auténtico tostón infumable.
Suerte que el debate de TV3 fue el último que se celebrará antes de las votaciones del domingo. Porque, como se les ocurra hacer algún otro en los tres días que quedan de campaña, a lo mejor la abstención llega al 90%. Alguien debería recordar que los debates tienen que servir para incentivar el voto, no para desincentivarlo.
TV3 fue la primera que contribuyó a la mediocridad del debate. Primero, con el horario (el show terminó a las 12 y media de la madrugada de un día laboral). Después, con una poco imparcial Ariadna Oltra de moderadora, que no trató igual, por ejemplo, a Ignacio Garriga o Carlos Carrizosa que a Pere Aragonès o Salvador Illa.
Ariadna Oltra fue la moderadora de un debate que no pasará a la historia | TV3
Por último, por las temáticas o bloques que eligieron. Por ejemplo, el debate empezó con el siempre apasionante bloque dedicado a la sequía, que ya fue una declaración de intenciones del nivel que veríamos durante toda la noche.
Por no haber, no hubo ni grandes discusiones. Las más destacadas, la de Alejandro Fernández con Salvador Illa por la amnistía, la de Laia Estrada con Ignacio Garriga para defender TV3 y la de Alejandro Fernández con Ignacio Garriga por la aprobación de la ILP en el Congreso para debatir la regularización de 500.000 inmigrantes ilegales (y que solo Vox votó en contra).
Una de las pocas cosas destacadas del debate fue el anuncio de Salvador Illa de poner a Núria Parlón al frente de Interior y a Josep Lluís Trapero de director general de la Policía si el PSC vuelve al Palau de la Generalitat. Otra de ellas fue la promesa de Josep Rull de no pactar con Sílvia Orriols “ni por activa ni por pasiva” porque “los límites de los derechos humanos son fundamentales”, dijo el representante de Junts.
Por lo demás, poco más. El nivel general fue tan bajo que cuesta proclamar un vencedor. Aunque, como ya es habitual, fue Alejandro Fernández uno de los más destacados de un debate que no pasará a la historia de la democracia. Y si lo hace, es como ejemplo de debate totalmente prescindible.
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