El llamativo silencio del Govern ante el asesinato del guardia civil catalán
Ni Pere Aragonès ni Joan Ignasi Elena han expresado sus condolencias a familiares y amigos de David Pérez
Dos sucesos ocurridos el pasado viernes han cogido a contrapié al Govern, que ha optado por la improvisación, en un caso, y el silencio, en otro. El primero de los sucesos ocurrió en el metro de Barcelona, con un magrebí agrediendo salvajemente a varias mujeres. Aquel mismo día, un guardia civil catalán murió junto a otro compañero cuando su lancha fue embestida por unos narcos en aguas de Barbate, en Cádiz.
El suceso del metro puso en evidencia el problema de la inseguridad en Cataluña. Primero el agresor fue dejado en libertad, y solo después de la presión social las autoridades reaccionaron para meterlo entre rejas. La situación es tan grave, que el Govern, que tiene la obligación de proteger a sus ciudadanos, se limitó a pedir a las víctimas que denunciaran.
En el caso del incidente de Barbate, el Govern ha optado por callar pese a que uno de los guardias civiles asesinados es catalán. El President de la Generalitat ha hecho dos tuits este fin de semana. Ninguno sobre lo ocurrido en el metro o para dar el pésame a la familia del agente fallecido.
El sangrante silencio del Govern
Uno de los agentes de la Guardia Civil asesinados en Barbate es David Pérez Carracedo, de 43 años, nacido en Barcelona y padre de dos hijos. El catalán residía desde hace años en el Valle de Egüés, en Navarra, y ha sido enterrado en el municipio leonés de Nogarejas, donde tenía lazos familiares. Pese a su origen catalán, no se han manifestado ni el President de la Generalitat, Pere Aragonès, ni el conseller d’Interior, Joan Ignasi Elena.
Pere Aragonès sí ha lamentado estas últimas horas la muerte de Gabriel Ferraté, fundador y primer rector de la Universitat Oberta de Catalunya. También ha enviado muchos ánimos a los heridos en una atracción accidentada de Port Aventura. Sin embargo, ni una palabra para las mujeres agredidas en el metro ni la familia del guardia civil asesinado.
Tampoco el conseller d’Interior se ha acordado del agente fallecido, y solo ha respaldado de soslayo a las víctimas del agresor del metro. El silencio del Govern en ambos casos es sangrante, pero también llamativo. Sobre todo en el caso del agente, ya que demuestra la fobia del actual gobierno catalán hacia el cuerpo de la Guardia Civil.
Hostilidad a la Guardia Civil
El asesinato de los agentes también ha puesto en el punto de mira al Gobierno español. En la capilla ardiente se vivieron momentos de tensión cuando la viuda de David Pérez se negó a que el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, le pusiera una medalla. Además, los agentes despidieron a su compañero al grito de Marlaska dimisión.
David Pérez, el guardia civil catalán al que no llora el Govern de la Generalitat, ingresó en la Academia de Baeza en 2008. Hizo práctica como guardia civil en el puesto de Torrevieja, y luego fue destinado a Arta, en Baleares. En 2010 se especializó en las fuerzas especiales de Logroño, y fue distinguido con varias condecoraciones del cuerpo.
La Guardia Civil lleva tiempo denunciando la hostilidad que sufre el cuerpo en Cataluña. La actuación de los agentes durante el referéndum del 1-O acentuó la animadversión que el mundo independentista siente hacia este cuerpo. Los propios gobernantes catalanes han expresado su deseo de sustituir lo poco queda de Guardia Civil en Cataluña por los Mossos d’Esquadra.
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