Montaje de fotos de Volodímir Zelenski, Vladimir Putin, Ursula Von Der Leyen, Emmanuel Macron y Pedro Sánchez; todos con rostro serio

POLÍTICA

Crisis en la UE, o por qué lo llaman economía de guerra cuando quieren decir recesión

Los principales socios agitan el miedo a una invasión rusa para esconder la crisis económica a las puertas de las elecciones europeas

Emmanuel Macron ha ejercido de anfitrión este lunes en una cumbre europea en el palacio presidencial del Elíseo, para hablar sobre la situación en Ucrania. Más de veinte jefes de Estado y de Gobierno europeos asistieron a esta conferencia, de la que salió un mensaje unitario: “Europa debe avanzar hacia una economía de guerra”.

El propio Macron marcó el discurso con el que se alinean los principales socios para esconder una recesión que ahoga a la unión: “La derrota de Rusia es indispensable para la seguridad y la estabilidad de Europa”. La paradoja es que es precisamente la estrategia occidental en Ucrania la que ha llevado a los países europeos al desastre económico.

Francia lidera ahora la estrategia de la economía de guerra que Alemania inició hace tiempo al detectar graves problemas en su economía. En Alemania, la nueva derecha  arrasa en las encuestas señalando el fracaso del apoyo del gobierno socialdemócrata alemán a la guerra de Ucrania. Está claro que la guerra en el este y la crisis económica marcarán las elecciones europeas con la ultraderecha en auge.

Guerra en Ucrania, crisis en Europa

El 24 de febrero de 2022 Rusia invadió Ucrania y occidente tomó la determinación de librar una guerra económica contra Vladimir Putin. Bruselas y Washington coordinaron un ambicioso paquete de sanciones económicas, que los líderes occidentales anunciaron de manera triunfal. El mensaje era claro, las sanciones aplastarían la economía rusa y acabarían con la guerra en Ucrania rápidamente.

Además de las sanciones, Bruselas inició una ofensiva energética contra el gigante ruso. Esto era más delicado, porque los países europeos llevaban años sosteniendo su modelo económico e industrial en la importación de energía barata desde Rusia. Era evidente pues que reducir la dependencia energética de Rusia iba a traer problemas.

Primer plano de Vladimir Putin

Las sanciones económicas y el fin de las importaciones de gas y petróleo supusieron un batacazo económico para Rusia en los primeros meses de la guerra. Sin embargo, Putin supo como darle la vuelta a la situación. La economía rusa empezó a recuperarse poco después gracias a la exportación de petróleo a China y a India.

En cambio, la crisis energética provocada por las sanciones al gas ruso acabó disparando la inflación y el precio de la energía en Europa. El Banco Central Europeo, que inicialmente dijo que no haría falta subir los tipos de interés, inició una escalada hasta el 4,5% actual. A diferencia de Rusia, la economía europea creció mucho durante los primeros meses, pero ha ido desescalando hasta entrar en recesión.

El otro beneficiado de esta guerra económica entre Bruselas y Moscú son los Estados Unidos, que se ha enriquecido vendiendo petróleo y gas a Europa. Por lo tanto, la conclusión es que la guerra en Ucrania ha debilitado a Europa mientras Rusia resiste y Estados Unidos se fortalece. Esto explica que los líderes europeos agiten ahora el miedo a una invasión rusa para esconder la crisis a la que nos han llevado.

El fracaso del nuevo orden mundial

El mejor ejemplo del fracaso de la política exterior comunitaria es la crisis económica que azota Alemania. El Gobierno alemán ya ha reconocido que se enfrenta a una situación preocupante, con el hundimiento de una economía que lleva tiempo dando síntomas de agotamiento. La principal causa ha sido el fin del modelo energético, ya que Alemania más que nadie basó su crecimiento industrial en la importación barata de gas ruso.

La apelación a la economía de guerra surgió precisamente en Alemania para esconder la recesión y sus causas. Pese a los esfuerzos retóricos de los líderes europeos guiados ahora por Macron, el presidente ucraniano Zelenski ya ha advertido que sin la ayuda norteamericana será imposible batir a Rusia. El problema para Ucrania y sus aliados europeos es que si Trump gana en noviembre, el juego se acabó.

Plano medio corto de Donald Trump sonriendo y señalando al frente con su dedo índice

Trump ha prometido que si gana las elecciones en noviembre pondrá fin a la guerra de Ucrania en cuestión de horas. Será el fin del nuevo orden mundial que pretendían imponer Bruselas y la administración Biden a costa del gigante ruso. Ahora habrá que ver como afecta todo esto a las elecciones europeas, en los que los partidos de la nueva derecha quieren plantar cara a las élites causante del desastre.