El entorno de Carles Puigdemont se prepara por si debe dejar caer a Pedro Sánchez

Carles Puigdemont solo ha roto su silencio esta semana para enviar ánimos a Jordi Turull, quien sufrió un infarto este lunes. Desde el 21 de febrero, cuando estalló el caso Koldo, el líder de Junts per Catalunya ha guardado silencio. También lo ha hecho Gabriel Rufián, aunque sí que hemos podido escuchar a su portavoz, Raquel Sans, pidiendo a Salvador Illa que de explicaciones. La formación de Puigdemont, en cambio, sigue sin decir nada, algo sorprendente y sintomático.

Cuando uno no sabe qué piensa determinado líder político o su formación puede hacer el ejercicio de repasar medios afines o cercanos. El primer paso de una estrategia la acostumbran a dar los medios de comunicación y las redes, con el objetivo de crear un estado de opinión de lo que acabarán haciendo después sus dirigentes cercanos. Y si yo fuera Pedro Sánchez aún estaría más preocupado. El caso Koldo no solo va camino de hacer un daño irreparable al PSOE, también podría ser la excusa que buscaban algunos para dejar caer al actual presidente.

David González, subdirector de El Nacional comparaba en un artículo este lunes a Pedro Sánchez con el Felipe González de 1993. Admitía que el caso Koldo podría ser el inicio del fin del líder del PSOE y que quizás Puigdemont deberá repensar su apoyo al presidente si "la amnistía no avanza y la corrupción se extiende por la Moncloa como un mal virus".  El caso Koldo rodea a Sánchez y no solo por Ábalos, también en la figura de Santos Cerdán, de modo que estamos hablando de gente muy próxima al presidente.

Es en este contexto que Junts per Catalunya, que nos tiene acostumbrados a los exabruptos y las proclamas, guarda silencio. Las próximas semanas serán claves, tanto por la ley de amnistía, como por las nuevas informaciones que aparecerán. Además, Puigdemont ya sabe qué oferta tiene del PP, un indulto en caso de que se deje gobernar al PP, que ahora lo tendría mucho más de cara en unas hipotéticas elecciones. Los juntaires, pues, callan y analizan, sin descartar que pueda suceder cualquier cosa.

La tormenta en el PSOE será larga

De momento, el PSOE intenta a la desesperada apagar como puede el incendio y demostrar que se trata de un caso aislado. Intentará que Ábalos cargue con toda la culpa y salve a Moncloa. Ábalos, por su parte, se niega, de modo que no sabemos si la jugada servirá para contentar a sus socios, que esperan acontecimientos. Lo que es seguro es que nada sucederá en semanas, más aún con la incógnita de la ley de amnistía y las elecciones en Euskadi en abril.

El entorno mediático de Carles Puigdemont empieza a enseñar sus cartas en un año, además, electoral. Todo puede suceder en Waterloo, acostumbrados a golpes de timón inesperados, pero no sería de extrañar que el caso Koldo sea la puntilla a un Gobierno de coalición que hace demasiado tiempo que pende de un hilo.