Montaje de las banderas del Reino Unido, Cataluña y la bandera trans

POLÍTICA

La lección del Reino Unido a Cataluña sobre medicar a niños con disforia de género

Ya no aplicarán bloqueadores hormonales durante la pubertad, algo que en Cataluña está a la orden del día a través del servicio ‘Trànsit’

El Reino Unido da marcha atrás. A partir de ahora, ya no se podrán seguir administrando bloqueadores de pubertad para niños y adolescentes. Las dudas sobre su seguridad sanitaria y los efectos irreversibles son una de sus principales razones. Por el momento, en Cataluña sí se administran medicación a los jóvenes con disforia de género y los casos no hacen más que aumentar.

“Pausar” la pubertad

Se considera que la pubertad empieza a partir de los nueve o diez años. Es una fase clave del desarrollo de una persona. La acción de las hormonas deja atrás la infancia y empieza a definir los caracteres sexuales secundarios tanto de chicas como de chicos.

El bloqueo puberal o “inhibición” es un procedimiento médico que permite hacer una pausa en el desarrollo de la pubertad. Se consigue mediante la administración de un medicamento que impide la liberación natural de hormonas. En teoría, este procedimiento sirve para que el niño o la niña que presentan disforia de género puedan detener su desarrollo sexual.

Hasta hace unos días, esto ocurría en el Reino Unido. Pero una reciente decisión del famoso servicio de salud británico - el NHS - ha acabado con esta posibilidad. El principal motivo es que no se conocen los efectos para la salud de este procedimiento médico. Poco a poco, surgen investigaciones que muestran preocupantes efectos secundarios irreversibles como diabetes, infertilidad y problemas cardiovasculares, entre otros.

El servicio ‘Trànsit’ en Cataluña

Como decimos, la idea con la que se defiende este procedimiento médico es que permite darle al niño un tiempo de reflexión. En Cataluña, este procedimiento está vigente y, de hecho, es una de las regiones de España en la que más se practica. El organismo de la Generalitat encargado de ello es “Trànsit”. Se trata de un servicio único porque se ofrece desde la atención primaria.

Su principal promotora, la ginecóloga Rosa Almirall, lo fundó desde el CAP Manso. Como ella misma ha explicado, es un servicio que se ha organizado entre una cierta indefinición y una  tolerancia consentida desde el sistema de salud de Cataluña. Ante el éxito del servicio, pronto empezó a administrar terapias hormonales dejando de lado la evaluación psíquica.

De hecho, el Hospital Clínico denunció a ‘Trànsit’ por considerarla una “expendeduría gratuita de hormonas”. Y es que, según han denunciado desde Feministes de Catalunya, la doctora Almirall administra hormonas sin otro criterio que el deseo del paciente. Algo que, nuevamente, ella ha explicado en público.

Esta medicación es lo que se llama “off-label”, es decir, que está fuera de ficha técnica. Son medicaciones que no están destinadas para estos asuntos y que tienen efectos desconocidos para la salud, algo que la propia doctora Almirall ha admitido. Al tratarse de medicaciones fuera de ficha técnica no han sido autorizadas por ninguna farmacéutica ni diseñadas para la disforia de género. Una de estas medicaciones es el Lupron, un castrador químico destinado al cáncer de próstata y que se usa en los EE.UU. con los violadores.

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