Primer plano de Laura Borràs con una mirada triste
POLÍTICA

Laura Borràs, la patata caliente de Carles Puigdemont

La todavía presidenta de Junts quiere mostrar firmeza, aunque su futuro parece estar escrito desde hace semanas

A nadie se le escapa que Junts es una formación política hecha a imagen y semejanza de Carles Puigdemont. Él ordena, ejecuta, dirime y salva. O ejecuta, evidentemente.

Durante un tiempo parecía que Puigdemont daba ya por perdido su retorno a corto plazo a Cataluña y dejó hacer dentro del partido. Permitió el ascenso de Laura Borràs y de su entorno, mientras él seguía cómodamente en Bruselas. De hecho, la intención era repetir como eurodiputado, dejando a uno de sus cachorros (Rull, Turull o Nogueras) como candidatos a la Generalitat.

La ley de amnistía y el adelanto electoral en Cataluña cambian el escenario. Carles Puigdemont decide ir con todo y concluye que, suceda lo que suceda, gana. Damos ya por hecho que supera a ERC, como dicen todas las encuestas, de modo que si consigue 68 votos en la investidura, vuelve como president y por todo lo alto. Si gana a Aragonès, pero no consigue los votos, podrá retirarse culpando a los republicanos de romper la unidad.

En el camino, el de Amer ha confeccionado una lista donde ha premiado al sector más pragmático y ha enterrado a los borrasistas. Francesc de Dalmases va el 18 y Junts obtuvo en Barcelona el 2021 16 diputados. David Torrents está en la posición 23, mientras que Aurora Madaula no ocupa ni una posición simbólica.

Montaje de Xavier Trias y Laura Borràs

Adiós, pues, al sector Borràs, que solo aguanta por el cargo -¿honorífico?- de su presidenta. Laura Borràs sigue ostentando el máximo cargo de Junts per Catalunya, pero a nadie se le escapa que su poder de decisión y su influencia son nulos. Es Carles Puigdemont, junto a Jordi Turull y Albert Batet, quien toma las decisiones y quien ha confeccionado las listas.

Es más,  hace unos días Xavier Trias -que casi ya no está, pero aún tiene ascendencia- sugirió que Laura Borràs dejara la presidencia de Junts per Catalunya y fuera Puigdemont el máximo cargo interno del partido. Lo cierto que es que parece ser cuestión de tiempo: Borràs sigue inhabilitada y el relato sobre su condena no ha sido asumido por las tesis indepes.

La todavía presidenta de Junts sigue sosteniendo que la condenaron por independentista y no por trocear contratos, y hasta llegó a pedir que fuera incluida en la ley de amnistía, algo que no cuajó. Visto ahora con perspectiva, al sector Puigdemont ya le iba bien que Laura Borràs cayera en "acto de combate" y pudiera ser apartada de la vida pública sin que tuvieran que hacer nada.

La decisión de Puigdemont, tras las elecciones

Laura Borràs respondía este martes a Xavier Trias: "Quien preside Junts soy yo y a Puigdemont no le hace falta un cargo orgánico". Quiso mostrar firmeza y determinación, aunque la realidad demuestre todo lo contrario. 

Jordi Turull, Anna Erra, Carles Puigdemont y Laura Borràs en Waterloo el 11 de junio de 2023

Es evidente que no habrá movimientos en este sentido durante el ciclo electoral que viene -catalanas en mayo y europeas en junio- pero el futuro de Laura Borràs pinta negro. Sin la gran mayoría de sus aliados, los pocos que le quedaban han entendido el mensaje y se distancian de la todavía presidenta para optar a cargos si Junts gobierna.

Aunque la figura de Puigdemont sigue dejando la ideología de Junts en segundo término, lo cierto es que la mayoría de altos cargos del partido se encuentran cómodos en el centro-derecha. Borràs, activista y de izquierdas, no tiene demasiado lugar en el futuro de Junts. Sin embargo, sigue aferrada a su cargo y no ha levantado la voz tras el caso Casol, el veto a Madaula u otros de sus adeptos.

Laura Borràs quiere seguir y baja la cabeza con Carles Puigdemont, consciente que será el expresident quien decidirá su futuro. Sin embargo, haga lo que haga, parece estar decidido. Es solo cuestión de tiempo.

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