Las 'frikadas' del primer día de legislatura: camisetas, lazos y barretinas
Anécdotas y curiosidades del primer día importante del nuevo curso en el Parlament de Catalunya
Este lunes, el Parlament ha vivido uno de sus días grandes. Y, como todo día grande, también ha habido un seguido de curiosidades, anécdotas e incluso frikadas. Era el inicio de la nueva legislatura, todos los focos estaban puestos en la cámara catalana y más de uno lo ha aprovechado para tener su minuto de gloria. En la mayoría de ocasiones, a costa de la vergüenza del resto de mortales que nos ha tocado seguir esta jornada por gusto o por trabajo.
Las horas previas a la sesión en el hemiciclo han estado marcadas por el enfado tremendo de unos periodistas desesperados porque nadie se atrevía a filtrar ningún tipo de información sobre los pactos para proclamar el nuevo presidente del Parlament. Ya cuando se ha ido conociendo que el procesismo volvía a abrazarse para asestar el primer golpe a Salvador Illa, ha llega el momento de lucirse.
Ojo al desfile de personalidades políticas que no se han querido perder la sesión. Desde expresidentes del Parlament ya casi olvidados como Ernest Benach o Núria de Gispert, hasta representantes de otras cámaras como Daniel Sirera (PP), Xavier Trias (Junts), Míriam Nogueras (Junts) o Santi Rodríguez (PP) que era diputado electo pero ha renunciado a su acta para seguir siendo diputado en el Congreso.
El momento estrella de las frikadas ha sido cuando iba a empezar la sesión. La ocurrencia más destacada ha sido el escaño del fugado Carles Puigdemont, que ha sido ocupado por un lazo enorme de color amarillo. Que el procés ha acabado, pero el procesismo no. Y tenemos que seguir dando la matraca con el simbolismo estéril.
Ojo también a Mar Besses, la diputada más joven de ERC, luciendo una camiseta con el lema “Orgullo antifascista”. Gabriel Rufían y la CUP creando escuela. Para mal, claro. Que una de las tres representantes de la Mesa Edad no vaya vestida como si estuviera en una calçotada quizás sea pedir demasiado en la política catalana.
El último detalle de moda ha ido a cargo de Sílvia Orriols, llevando la barretina de su abuelo (que también llevó el día que fue proclamada alcaldesa). Una Sílvia Orriols, que debutaba y estaba como un niño en el primer día de clase en un colegio nuevo. “Me he perdido unas cuantas veces ya”, admitía la líder de Aliança Catalana. Por cierto, de momento, AC compartirá zona de despachos con Junts y PP. Veremos si será así definitivamente.
Y para finalizar el apartado de estilismo, mención aparte merece Juli Fernández. Ya no solo por ser conocido como el diputado de las uñas pintadas (de amarillo en esta ocasión, que hoy tocaba simbolismo), sino por el gran golpe de suerte que vivido en los últimos meses.
Duró menos de un año en el Govern antes de ser purgado por Pere Aragonès, fue recolocado dentro de ERC con un cargo dirigente, se quedó a las puertas de entrar en el Parlament tras el batacazo electoral de los republicanos el 12-M, pero la dimisión de Pere Aragonès le permitió recoger su acto hoy. Y, tachán, ahora es miembro de la Mesa del Parlament.
Ya en plena sesión, hemos tenido de todo. Se ha empezado con un soporífero y vergonzoso (por partidista) discurso de Agustí Colomines. También hemos tenido el primer gran hit de Alejandro Fernández con un zasca al mismo Colomines. Tampoco ha faltado el anuncio de la primera denuncia de Vox a dos diputados procesistas. Mención especial a Anna Navarro, la número 2 de la lista de Puigdemont que Junts, que durante el discurso del nuevo presidente del Parlament, Josep Rull, ha empezado a hacer fotos al hemiciclo como una asiática de turismo en la Sagrada Familia.
Hablando del discurso de Josep Rull, no podemos obviar un detalle importante. “En el Parlament se tiene que poder hablar de todo”, ha dicho. Ganas de ver si aplica el cuento cuando Vox o Aliança Catalana pongan encima de la mesa la cuestión de la inmigración. Que en la última legislatura ya vimos a Anna Erra repetir lo de “hablar de todo” mientras vetaba a diputados de Vox cuando hablaban de delincuencia e inmigración.
Finaliza el primer gran día en el Parlament con un nuevo triunfo del procesismo, que a pesar de acumular fracasos en las últimas citas electorales, hoy ha podido celebrar una victoria. Parece el día de la marmota, pero no. El PSC, a pesar del batacazo de hoy, sigue manteniendo la esperanza de convencer a ERC para que rompa el bloque procesista y vote a favor de la investidura de Salvador Illa.
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