Las críticas Sant Jordi y la sobreexposición en Cataluña de lo minoritario
La crítica al Sant Jordi 'neoliberal' es otro ejemplo de esta sobrerrepresentación de colectivos minoritarios en medios
Hace unas semanas pudimos escuchar a varios colectivos quejarse de la actual fiesta de Sant Jordi, tachándola de "neoliberal" y apostando por una fiesta "popular".
Firmaron un manifiesto criticando que Sant Jordi se estaba convirtiendo en Barcelona en una "un recinto cerrado en la 'superisla del libro' en Passeig de Gràcia. De la mano de la Cambra del Llibre y del Ayuntamiento de Barcelona. Aprovechando la situación pospandémica y las restricciones sanitarias, configuraron un espacio a su medida y al que solo podían acceder los agremiados".
En concreto, un centenar de entidades, aseguraban, firmaban el texto, entre ellos Virus Editorial, ContraEscritura, Descontrol Editorial, Ediciones Sin Fin, Ona ediciones, Libros de La vorágine, Acció Perifèrica, Ed. La Magnífica, Associació Cultural del Raval, Alpha Decay, La ciutat invisible, La Tribu Llibreria, Llibreria Murmuri y el Ateneu Enciclopèdic Popular. Además, escritores como Bed Olid, Blanca Llum Vidal, Joan Todó, Núria Martínez Vernis o Caryanna Reuven también secundaron el texto.
No se preocupen, no están solos. La gran mayoría de la gente no ha oído hablar de estas editoriales y tampoco les suenan los autores que secundan el texto. Pese a ser una crítica anecdótica, la mayoría de medios de comunicación catalanes les dieron espacio. A la rueda de prensa asistieron RNE, Betevé, La Xarxa, ACN, Catalunya Ràdio y hasta TV3, que hizo noticia.
No es algo inusual: en Cataluña, lo anecdótico, lo marginal, está sobrerrepresentado en los medios de comunicación. En este caso estamos hablando de una crítica muy minoritaria a la Cambra del Llibre, a quien se tilda de "noeliberal", y a un nuevo modelo que empezó Ada Colau, bastante alejada de este capitalismo salvaje que denuncian los firmantes del texto.
Pese al poco músculo de la crítica, hasta La Vanguardia compró el relato de que un centenar de miembros del sector del libro se mostraban críticos con la organización del Sant Jordi. No importa que sean menos de una decena de editoriales minoritarias, que no haya ni diez escritores que firman el documento. Lo marginal, lo minoritario, siempre tiene espacio importante en los medios catalanes. Ojo, no digo que no merezca su sitio, pero en los medios públicos, que pagamos todos, quizás deberíamos exigir que sea coherente con el volumen de gente que representan.
Otro ejemplo muy claro, en Mont-roig del Camp
Hace un mes, el 11 de marzo de 2024, el pleno del ayuntamiento de Mont-roig del Camp aprobaba vender unos terrenos a una empresa coreana para construir una fábrica de baterías eléctricas. Se trata de una inversión millonaria, que creará más de 500 puestos de trabajo directos y cuenta con la aprobación de la inmensa mayoría de vecinos y sectores de Mont-roig.
Solo basta con ver los resultados a las elecciones para darse cuenta de que los partidos favorables a la fábrica tuvieron los mejores resultados. Es más, meses antes, 500 vecinos fueron a una asamblea abierta con el alcalde para resolver dudas. Pues bien, unos 50 vecinos y activistas (no todos de Mont-roig) se manifestaron ese 11 de marzo para protestar e intentar boicotear el pleno.
Ese día, muchos medios, también TV3, dieron cobertura a la protesta de 50 personas, mientras habían obviado la asamblea de 500 vecinos. No dieron voz a la mayoría que quiere la fábrica y pudimos leer frases como "los vecinos piden una moratoria", cuando se trata de un movimiento minoritario.
La manifestación ecologista del 8 de junio
El próximo 8 de junio Arran (las juventudes de la CUP) y otros colectivos desconocidos celebrarán una manifestación 'ecologista' en Barcelona. Piden un cambio de "modelo económico delante de una crisis ecosocial". No es, pues, una manifestación simplemente ecologista, también anticapitalista, convocada por sectores minoritarios.
Todos los medios compraron otra vez el relato: Desde El Nacional, a El Punt Avui, pasando por Vilaweb o el Diari de Girona publicaron la noticia. La vieron en el TN de TV3 a bombo y platillo. Una vez más, pues, una sobreexposición de algo pequeño, que representa a muy poca gente, en medios públicos y en prime time.
La gran mayoría de la gente no se siente interpelada por estas causas, que se convocan por entidades desconocidas y que representan a una minoría. Es evidente que deben tener su espacio en medios (los privados que hagan lo que quieran), pero existe una evidente sobrerrepresentación.
Hay sindicatos, colectivos y plataformas que tienen casi un espacio fijo en nuestros medios públicos y que cuentan con menos socios que clubes de futbol de la quinta división. Después, otras opciones, movimientos, fiestas o actividades, pasan inadvertidas porque no forman parte de esta ideología política sobrerrepresentada en Cataluña.
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