Las calles estallan contra la amnistía

Pedro Sánchez está jugando con fuego. Él lo sabe y por eso no dejará que las negociaciones con Junts per Catalunya se queden en nada. La única salida para el líder del PSOE es ser presidente a casi cualquier precio. Ha ido muy lejos con la amnistía, pactándola con ERC, ofreciéndosela a Puigdemont y defendiéndola públicamente. Y, tras mojarse tanto, podría pagar un precio demasiado alto en el caso de que haya una repetición electoral.

Las encuestas dejan claro que una gran parte de los votantes socialistas miran con recelo la concesión de la amnistía a los políticos independentistas. En la mayoría de ellas se establece que aproximadamente la mitad de esos votantes no ve con buenos ojos perdonar a Puigdemont y compañía. Además, estas mismas encuestas auguran que el PP podría obtener mayoría o quedarse muy cerca de ella si hay que volver a votar. 

El descontento con el PSOE que indican los sondeos se está escenificando en las múltiples manifestaciones en distintos lugares de España ha vivido en los últimos días. Las más destacadas han sido las concentraciones en la sede socialista de Ferraz en Madrid, pero también Valencia o Córdoba han estallado contra la medida que Pedro Sánchez quiere acordar con los partidos procesistas. Pero es que, además, no está previsto que la tensión en las calles se vaya a reducir en los próximos días: ya hay más protestas convocadas.

El viernes y el sábado, centenares de espontáneos se manifestaron en Ferraz para protestar contra la amnistía. Con Esperanza Aguirre como líder inesperada de la concentración, la policía se vio obligada a proteger la sede del PSOE en Madrid con un amplio dispositivo.

El mismo sábado, el PP hizo una demostración de fuerza en Valencia. Más de 20 000 manifestantes dejaron claro que las calles no son exclusivamente de la izquierda en una multitudinaria protesta contra Pedro Sánchez. El domingo fue el turno de Córdoba, donde también miles de personas mostraron su rechazo a los planes del PSOE con los partidos independentistas.

Y todo esto, sin olvidar los 100 000 manifestantes que se congregaron en la plaza Colón de Madrid hace una semana para exigir que Sánchez no se arrodille ante las exigencias de ERC y Junts. O los 300 000 -según los organizadores- que hicieron lo mismo en Barcelona el 8 de octubre. 

Pero la cuestión es que las protestas parece que no han hecho más que empezar. Entre otras muchas convocatorias, el día 12 de noviembre está prevista otra marcha en la capital catalana -que ya cuenta con 40 entidades adheridas-. Y el 18 de noviembre Madrid podría desbordarse en una manifestación que se intuye multitudinaria y que ya cuenta con el apoyo del PP y de Vox. De hecho, Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal ya han confirmado su asistencia.