Laporta vuelve a sacar la estelada para defenderse

Joan Laporta nunca defrauda. El presidente del FC Barcelona ya nos tiene acostumbrados a sus discursos donde la emoción se mezcla con cierta demagogia y más en esta segunda etapa. Si Laporta ya era impredecible en 2003, el nuevo Jan es una caricatura que a veces tapa una gestión arriesgada pero que en cierto modo ha dado algunos frutos.

Las polémicas persiguen al Barça desde hace años. La gestión de la anterior junta aún pasa factura y los vaivenes de Laporta tampoco ayudan mucho a calmar las aguas. El caso Negreira, las obras del nuevo Camp Nou o el adiós de directivos están a la orden del día. El enfrentamiento con Tebas es doblemente importante, ya que obliga al Barça a ir de la mano de Florentino y lo limita para fichar e inscribir.

Laporta ha hablado de todos sus frentes abiertos en El Factor Clau de TV3, un nuevo programa de su amigo Xavier Sala i Martín. Pese a quedar claro que algo raro hay en el pago de millones de euros a árbitros, para Laporta hay una mano negra. "El Caso Negreira es una campaña contra el Barça. Lo ligo con que no firmamos con CVC, afortunadamente, porque hipotecaba al Barça durante 50 años", asegura.

El presidente del Futbol Club Barcelona se apunta a las teorías de la conspiración y cree que el objetivo es convertir el Barça en una SAD. No concreta quién exactamente, pero lo relaciona con el independentismo. "Catalunya puede estar dentro del Estado, pero aun así algunos no logran digerir los elementos que definen nuestra catalanidad", dice Laporta. "No pueden digerir que uno de los elementos de la catalanidad sea el Barça e intentan quedárselo por todos los medios", añade.

Pese a no decir quién estaría detrás de esta operación para privatizar el Barça y comprarlo, Javier Tebas es el enemigo. "Una de las condiciones era que Tebas se quedaba, primero por 15 años y luego por ocho. Su salario dobla el de presidentes de bancos. Se nos decía que si hacíamos esta operación nos daría fair play, el 15 por ciento. Nos decía que si no firmábamos no podríamos fichar o nos lo pondrían más difícil".

El problema pues del Barça, según Laporta, es su catalanismo. Según él, eso provoca tanta animadversión que alguien -algún ogro maligno- lo quiere comprar para acabar con su alma. Jan, pues, en estado puro.