Lamine Yamal y la romantización de la pobreza en los medios catalanes

La romantización de la pobreza es un fenómeno emergente consistente en idealizar entornos desestructurados y personas que viven en la miseria. Suele ser un fenómeno explotado por los medios de comunicación que, ignorando o minimizando los problemas que genera la pobreza, buscan generar empatía o justificar las consecuencias de la desigualdad. En Cataluña se ha importado esta moda para contrarrestar la denuncia de la inmigración descontrolada y la seguridad, y reivindicar un modelo social agotado en pleno colapso del multiculturalismo.

Estos días, los medios catalanes explotan el caso de Lamine Yamal como modelo de superación de los jóvenes en un barrio conflictivo. Ya lo hicieron con el rapero Morad, aunque el historial delictivo que le acompaña contrasta con la imagen idílica de Laime, ejemplo de integración y de seguir el camino recto para perseguir los sueños. 

Tanto en un caso como en el otro, los análisis resaltan un ejemplo concreto e individual para idealizar una realidad social mucho más amplia, y lamentablemente más desagradable. Al fin y al cabo, Lamine Yamal no deja de ser una maravillosa excepción dentro de una cruda realidad. Y mientras los medios lanzan una imagen distorsionada de estos barrios, quienes viven dentro siguen sufriendo las consecuencias de una miseria que no tiene nada ni de bonito ni de excepcional.

Elogio del barrio multicultural

Pese a ser uno de los barrios más pequeños de Mataró, en Rocafonda, lugar donde nació Lamine Yamal, conviven 15.000 habitantes de los cuales la mitad son de otros países. Un reflejo de los barrios desestructurados y conflictivos de Cataluña, donde la densidad y la multiculturalidad conviven con la pobreza y la delincuencia. No hay nada de remarcable en eso, si acaso la voluntad de los jóvenes de salir adelante, aunque desgraciadamente la mayoría de ellos se queden solo en el intento.

Sin embargo, medios como el diario Ara, Catalunya Ràdio, RAC1 e incluso TV3 idealizan las contradicciones sociales para combatir el estigma de este barrio. Uno de los entrevistados en el Ara admite que hay “episodios de delincuencia” relacionados con las drogas o enfrentamientos con la Guardia Urbana. Pero al mismo tiempo lamenta que se estigmatice al barrio y pone en valor la solidaridad entre vecinos.

En Catalunya Ràdio, una entrevistada destaca que el barrio es una cantera de talento y ensalza "la nueva generación de muchachos hijos de otra cultura". Es más, afirma que "si les ayudamos a unir puentes entre su cultura y la de aquí, estos jóvenes tienen un potencial que no tienen los hijos de una sola cultura". 

En resumen, una idealización de los entornos conflictivos unido a un elogio de la multiculturalidad con Lamine Yamal como pretexto. La culminación de ese esfuerzo argumental es la idea de que el éxito de esta Selección se debe a la inmigración.

El antídoto contra la 'extrema derecha'

El ejemplo de Lamine Yamal ha cruzado fronteras e incluso la CNN se hace eco de los orígenes humildes del futbolista. Destacan que es precisamente la realidad multicultural, con gente de más de 80 países diferentes, el mayor tesoro de Rocafonda. “No se trata de algo menor en un país donde la inmigración está en el centro del debate y donde la extrema derecha ha cobrado fuerza con un discurso antiinmigración contrario a los musulmanes”, dice el medio estadounidense.

Pero la CNN no es una excepción. Hace ya días que los medios españoles, y sobre todo catalanes, explotan la imagen de Lamine Yamal como antídoto contra la "extrema derecha". Su padre ha sido elevado a los altares por asaltar una carpa de Vox, y políticos como Gabriel Rufián utilizan al futbolista para justificar las bondades de la inmigración. 

Ojalá el ejemplo de Lamine Yamal sirva para que los jóvenes encuentren un ejemplo a seguir en un lugar difícil como Rocafonda. Pero análisis simplistas y edulcorados como estos esconden una realidad mucho más amarga, que tiene que ver con la falta de perspectivas de muchos barrios tomados por la pobreza endémica, las contradicciones sociales y el fracaso del modelo multicultural. Y sí, también de la delincuencia, aunque para el gobierno catalán y sus medios afines esto sea "alimentar el discurso de la extrema derecha".