
Junts y ERC dan vía libre a PP y Vox para ejercer de oposición a Salvador Illa
Con un procesismo convertido en rehén de Sánchez, la oposición en el Parlament cambia de rostro
Con el fin de la mayoría indepe en el Parlament se ha instalado la confusión política en Cataluña, así como una legislatura de reajuste. Una de las piezas más reveladoras de esta confusión es el papel oposición. Y es que, con una ERC que ejerce de muleta del PSC, y un Junts sin más proyección que presionar en Madrid, la oposición ha pasado a manos de PP y Vox.
De hecho, basta con seguir los plenos e intervenciones parlamentarias para advertir que solo Alejandro Fernández e Ignacio Garriga consiguen alterar al presidente Illa. En menor medida, también Sílvia Orriols, aunque la situación de Aliança Catalana es muy diferente. Es más, fue el propio Alejandro Fernández el que se refirió a esta curiosa situación que se vive en el Parlament.

Dardos a Illa
“Junts y ERC no la ejercen[la oposición]ya que, cada uno a su manera, prefieren pastelear con usted a hacerle oposición de verdad”, señalaba el líder popular en una reciente intervención. Ciertamente, Junts y ERC están inmersos en una “teatralización” que no puede esconder el hecho de que su apoyo cerrado al sanchismo les invalida para ser oposición en Cataluña.
En este sentido, y con su ironía habitual, Fernández dijo que Illa, “profeta del diálogo y ayatolá de la distensión”, pierde los nervios ante una oposición real. Y, en efecto, estas críticas parecen interpelar al presidente Illa. De hecho, de las pocas réplicas que su equipo de comunicación edita y sube a redes, las últimas se dirigen al líder del PP:
Por su parte, desde Vox, Ignacio Garriga tampoco cede terreno y se mantiene fuerte en uno de sus caballos de batalla: la inseguridad. A pesar de ser un tema candente y problemático, Vox es el partido de la oposición que lo denuncia con mayor insistencia, y a mucha distancia de lo que en teoría sería el papel de Junts.
Con datos oficiales en la mano y un discurso muy contundente, Garriga invitaba al presidente Illa “a levantarse usted muy digno y negarme estos datos”. Vox llega a ser incluso más duro que los partidos progresistas en una materia como el aumento de las agresiones sexuales a mujeres. Como constatan los datos del Ministerio de Interior, los ciudadanos extranjeros están sobrerrepresentados en esta clase de delitos:
Esta dura confrontación por parte de Vox y PP supone un riesgo para el PSC. La razón está en que pueden robarle votos, sobre todo en zonas marginales, que viven de primera mano la inseguridad o la degradación de los servicios públicos. Más todavía si el PSC llegó con el discurso de enderezar Cataluña y "ponerla en marcha" después de la década procesista.
¿Y Junts y ERC?
¿A qué obedece la coincidencia de que la segunda y tercera fuerzas del Parlament no ejerzan de oposición?. La respuesta tiene nombres y apellidos: Pedro Sánchez. Y es que, con una evidente servidumbre hacia el PSOE en Madrid en materia de concesiones, ni Junts ni ERC tienen margen para la crítica. En el caso de ERC, además, es socio de Govern, y lo último que quieren los republicanos es enfrentarse a las urnas en el corto plazo.
En última instancia, el Parlament replica la dinámica general de la política española, es decir, los que están dentro del barco del ‘sanchismo’ y los que no. Este es el gran eje que divide el debate público, y más en Cataluña, donde el Govern del PSC es uno de los éxitos de Sánchez. Paralelo a todo esto, no hay que olvidar que ERC y Junts han perdido todo protagonismo simbólico son sus renovaciones fantasma.

Así, no deja de ser llamativo que el fin de la mayoría procesista haya dado lugar a una repetición de liderazgos con Puigdemont y Junqueras a la cabeza. La debilidad de esta estrategia se percibe en algo tan prosaico como que Junts y ERC no tienen una voz clara en el Parlament. Si algo es evidente es que Fernández o Garriga tienen mucho más recorrido que alguien como Batet o Jové, que a duras penas son reconocibles entre la ciudadanía.
El tercero en discordia
A todo esto, hay una tercera voz que, aunque aritméticamente tenga un recorrido casi nulo, sí tiene un gran recorrido mediático. Esa voz no es otra que Sílvia Orriols. Su estrategia, en cambio, es muy diferente porque desde AC son conscientes que no aspiran a robarle votos al PSC. Ahora bien, lo que sí pueden es robart votos entre todos aquellos votantes de ERC y Junts que perciben el servilismo de estos partidos hacia el PSOE y el PSC. Por el momento, esta estrategia funciona.
Según el último CEO, AC es el partido que más crece en el Parlament, pasando de dos diputados a una horquilla de diez-doce. O lo que es lo mismo: al procesismo no le sale gratis renunciar a la oposición. La prueba de fuego serán las próximas elecciones, en particular las municipales, donde AC se ha infiltrado con mucha eficacia en detrimento de Junts.
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