Puro teatro: Junts vende como un triunfo una ley de amnistía con las mismas grietas
El objetivo era aprobarla a toda prisa para salvar al Gobierno del PSOE y cerrar el paso a la imputación de Puigdemont p
Carles Puigdemont y opinadores afines como Pilar Rahola y Toni Aira han recurrido al triunfalismo para vender como una victoria una ley que apenas cambia nada de la que se votó el pasado mes de enero. El motivo no es otro que justificar un evidente error de cálculo de Junts al votar en contra en aquella primera votación. Ahora han tenido que aprobarla a toda prisa para salvar a un gobierno asediado por la corrupción y adelantarse a los jueces tras la imputación de Puigdemont por terrorismo.
El líder de Junts ha vendido la ley de amnistía como “un paso muy importante para acabar con la represión contra el proceso de independencia”. Además, ha subrayado “las mejoras necesarias para resolver los temores que nos llevaron a votar que no a la propuesta inicial”. Finalmente, justifica con esta ley de amnistía “la relación con los partidos del Gobierno español sin la interferencia de la judicatura patriótica”.
En realidad, los propios jueces y fiscales coinciden en que el nuevo redactado de la ley no asegura el blindaje de Puigdemont y el resto de afectados. Todos los esfuerzos del PSOE y Junts se han dirigido a impedir que la ley pueda ser tumbada en Europa. No obstante, las leyes europeas consideran terrorismo actos similares a los de Tsunami Democrátic y los CDR.
La ley de amnistía sigue sin blindar a los afectados
Junts pedía incluir el terrorismo y la traición en la amnistía, pero con las prisas ha tenido que aceptar una fórmula alternativa que sigue dejando en el aire casos como el de Puigdemont. En cuanto al terrorirsmo, la ley evita cualquier referencia al Código Penal y se centra en los estándares europeos. Así, excluye “los actos que por su finalidad puedan calificados como terrorismo, según la Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo, y que hayan causado graves violaciones de los derechos humanos.
Esto permite seguir persiguiendo el terrorismo callejero al que el Tribunal Supremo alude en la causa abierta a Carles Puigdemont. La directiva europea insta a los estados miembros a “adoptar las medidas necesarias para que se consideren delitos de terrorismo” los actos que pretendan desestabilizar las instituciones de un país. Además, las directivas europeas son reglas que establecen un marco común, a partir del cual cada país desarrolla sus propias leyes recogidas en el Código Penal.
Por lo tanto, los jueces españoles no pueden ignorar el Código Penal a la hora de aplicar las leyes. O dicho de otro modo, los jueces del Tribunal Supremo y de la Audiencia Nacional tienen que juzgar a Carles Puigdemont y a los encausados por el Tsunami Democràtic y los CDR en base a la legislación española sobre terrorismo. En este sentido, la ley de amnistía que se votó en enero ofrece las mismas garantías y las mismas dudas que la que acaba de aprobarse con las enmiendas de Junts.
Es lo mismo que sucede con la malversación, que será objeto de la amnistía “siempre que no haya existido propósito de enriquecimiento”. Junts ha sacado pecho al asegurar que gracias a ellos podrán ser amnistiados también los líderes procesistas acusados por el Tribunal de Cuentas. Pero los expertos coinciden en que esta enmienda es totalmente irrelevante, porque el Código Penal no hace tal distinción.
El relato oficial ya no cuela
Opinadores como Pilar Rahola y Toni Aira han alabado la nueva ley como la panacea que acabará con la represión y reactivará el proceso de independencia. Su intención no es otra que ensalzar a Junts y de paso atizar a ERC. El relato es claro, a diferencia de ERC Junts no se ha vendido ni ha traicionado la causa catalana.
Pilar Rahola ha publicado un vídeo panegírico donde asegura que “nadie se queda fuera de la amnistía gracias a la resistencia de Junts”. Su discurso ha sido respondido con menajes como “no nos quieras engañar, estamos cansados de tanto teatro malo”. También le preguntan si cree que los votantes independentistas son gente ignorante a la que pueden manejar tan alegremente.
Quien también rema a favor es Toni Aira, analista afín a Junts según el cual Junts ha tenido “un papel decisivo” y ERC “ha hecho un papelón”. Le responden que “sabes muy bien que todo es escenografía y tacticismo y la ley es prácticamente la misma”. “Para papelón el de Junts”, dicen, de quien dicen que ha fracasado en su estrategia de la confrontación.
El relato oficial de Junts ya no cuela y muchos ven que la ley de amnistía que se acaba de aprobar obedece solo a intereses políticos. Tras la aprobación, Junts se apresuró a tender la mano al Gobierno español para aprobar los presupuestos. Puigdemont sueña con volver a España este verano, lo que está por ver es como será recibido por aquellos que hasta hace poco le tenían en un pedestal.
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