Montaje con Carles Puigdemont visiblemente enfadado y Pere Aragonès sonriendo con el Parlamento de Catalunya de fondo
POLÍTICA

Junts redobla la ofensiva contra ERC

Puigdemont solo piensa en las elecciones catalanas de 2025


Los acuerdos de investidura con el PSOE han introducido una nueva y diabólica dinámica entre ERC y Junts. Los dos principales partidos independentistas siguen librando su guerra personal. Pero ahora forman parte de un mismo gobierno, el español, y esto obliga a los postconvergentes a redefinir su estrategia. 

La primera decisión importante que tendrán que tomar será la aprobación o el rechazo de los presupuestos en Madrid y en Cataluña. El acuerdo con el PSOE incluye la obligación de garantizar la estabilidad de la legislatura. Pero además, a Junts le interesa mantener vivo al Gobierno de Pedro Sánchez, al menos hasta que se apruebe la ley de amnistía.

Ahora PSOE, ERC y Junts son socios, pero la aprobación de los presupuestos en Madrid no tiene porqué ir de la mano de las cuentas del Parlament. De hecho, los de Puigdemont han trazado una estrategia consistente en votar a favor de los presupuestos en el Congreso y en contra de los del Parlament. Todo, con la mirada puesta en las elecciones catalanas, previstas para febrero de 2025.

Una estrategia arriesgada

En la práctica, Junts lleva tiempo ejerciendo de principal partido de la oposición frente a la alianza de conveniencia ERC-PSC. La alianza entre Junts y el PSOE en Madrid no cambia la dinámica en el Parlament. De hecho, en Junts piensan que el tàndem Illa-Aragonès les da más margen para diferenciarse y crecer electoralmente.

Una vez se apruebe y se aplique la ley de amnistía, Carles Puigdemont podrá volver a Cataluña para encabezar la ofensiva final con ERC. Entonces tampoco necesitará tener tantos miramientos con el PSOE. De hecho, una vez caiga el Govern de Pere Aragonès, el principal rival para Puigdemont pasará a ser Salvador Illa.

Montaje con un plano medio de Salvador Illa mirando a cámera y otr de Carles Puigdemont hablando en una rueda de prensa. De fondo, una imagen difuminada del hemiciclo del Parlament de Cataluña

El peligro de esta estrategia es que, al dinamitar todos los puentes con Esquerra, allane el camino para un tripartito en Cataluña. Porque si Puigdemont no deja al menos una puerta abierta a la reconstrucción de la unidad independentista, ERC tendrá más fácil justificar un gobierno con PSC y Comuns. Algo no tan descabellado en el nuevo contexto político.

Las mesas de diálogo

Si se cumple ese hipotético escenario, la gobernabilidad alcanzará un nivel aún mayor de complejidad. Junts socio de los socialistas en el Gobierno de España, pero oposición al gobierno de Salvador Illa en Cataluña. Un escenario inquietante, porque podría llevar a los de Puigdemont a plantearse seriamente hacer caer a Pedro Sánchez.

Otra arista del problema son las mesas de diálogo, que ahora mismo las carga el diablo. El PSOE ya ha asumido que ahora mismo no es posible unificar las dos mesas, y que ERC y Junts las utilizarán para su guerra personal. Esto complica los acuerdos, aunque tampoco parece importar mucho a Junts.

Para los de Puigdemont lo importante es la ley de amnistía, y todo el resto es secundario. De ahí que unificar las mesas no solo no sea una prioridad, sino que además no entra en sus planes ahora mismo. Todos los movimientos que hace Junts son pensando en las elecciones de 2025, y esto pasa por la guerra personal con los de Oriol Junqueras.

➡️ Política

Más noticias: