Junts, entre Esquerra y la ANC
El partido de Puigdemont ante la decisión que marcará su futuro
La política española da síntomas de copiar lo peor de la catalana. La inestabilidad, la dependencia de formaciones poco serias y la polarización entre dos bloques han marcado el día a día del Parlament de Catalunya desde 2010. Y, ya lo saben, no nos ha ido demasiado bien. Ahora, todos estos preocupantes tics se afianzan en el Congreso tras el resultado del domingo, que deja a Sánchez a los pies de hasta cinco partidos soberanistas.
Depender de Carles Puigdemont durante cuatro años no parece algo alentador. Si además le sumas Arnaldo Otegi, el BNG, Gabriel Rufián y un PNV lanzado a competir con Bildu, la cosa no mejora, todo lo contrario. Pero Pedro Sánchez tiene decidido que quiere seguir gobernando pese a pagar un precio alto y ya ha iniciado contactos con el entorno de Junts. Y aquí está la clave de todo: la decisión que deben tomar los de Puigdemont.
Han pasado poco más de 24 horas y Míriam Nogueras ya ha recibido todo tipo de mensajes y presiones. Dentro el sector procesista destacan dos voces importantes que le piden a Junts todo lo contrario. ERC y Gabriel Rufián quieren que el seny impere en casa de Laura Borràs y Junts se una al frente de izquierdas. Al otro lado del tablero procesista está la ANC, que cree que es el momento del bloqueo, la conforntación y volver al 2017.
La decisión que marcará el futuro de Junts
No hay medias tintas. Junts per Catalunya y Carles Puigdemont deberán tomar una decisión. Y lo harán sin excusas: si votan a favor o se abstienen harán presidente a Pedro Sánchez. Si de lo contrario votan en contra, iremos a nuevas elecciones.
Esquerra Republicana ya le ha pedido a Junts que no permita una repetición electoral con la excusa de la "extrema derecha". A nadie le interesan menos unas nuevas elecciones que a ERC, que cree que con Pedro Sánchez en el Gobierno tendrá la Generalitat hasta 2025. Los republicanos tampoco quieren que Junts capitalice las negociaciones y le pide ahora un frente común para pactar.
Por el otro lado ha vuelto a aparecer la ANC, que quiere que Puigdemont cumpla su promesa: o referéndum o bloqueo. Si Junts apuesta por la confrontación es posible que la lista cívica de l'Assemblea para el Parlament quede desactivada y eso interesa a los juntaires. El bloqueo daría legitimidad a sus votantes, pero cada vez son menos y esto preocupa a los de Jordi Turull.
Junts per Catalunya debe escoger entre ser fiel a su relato o empezar a hacer política, con el riesgo de perder aún más votantes. Elegir entre ir de la mano de Gabriel Rufián y Pere Aragonès o ponerse al lado de la pancarta de la ANC y "sus represaliados". La decisión marcará su futuro político, su credibilidad y un equilibrio interno que cada vez es más frágil, porque Míriam Nogueras no es Xavier Trias y Puigdemont no es Jaume Giró.
Más noticias: