Junts per Catalunya, pendiente de la decisión inmediata de Laura Borràs
El grupo parlamentario de Junts per Catalunya está al límite. Sus dirigentes evitan dar declaraciones, pero todos están pendientes de Laura Borràs, quien manda en el sector discrepante
Silencio, hermetismo y mirar hacia otro lado. Es lo que han decretado los dirigentes de Junts per Catalunya a sus diputados ante la que se avecina. El caso Casol sigue su curso y será la dirección de Junts per Catalunya, como avanzaba el Diari Ara, quien asuma el problema. Encima de la mesa tiene la opción real de expulsarla del partido, ya que es lo que pide la mayoría del grupo parlamentario.
Cristina Casol es diputada de Junts y denunció hace un par de meses a Albert Batet, presidente de su grupo, por actitudes machistas. Algo parecido hizo Aurora Madaula, que sigue de baja laboral. La denuncia de Casol quedó en poco tras no poder confirmarse la incriminación de Batet, pero sacó a la luz discriminación, división y voluntad de aislar en el grupo parlamentario de Junts per Catalunya.El caso Madaula, en cambio, sigue en punto muerto.
Ahora, será la dirección de Junts per Catalunya la que debe decidir cómo echar a Cristina Casol. Esta misma cúpula ya le exigió hace una semana que dimita o de lo contrario será expulsada. Parece plausible que suceda algo parecido con Aurora Madaula. De hecho, la presidenta del Parlament, Anna Erra, le pidió que dimitiera de la mesa por "pérdida de confianza". De momento, Madaula está de baja y Casol ja ha comunicado que no piensa irse.
Quién es quién en el sainete de Junts
Por un lado, tenemos a Cristina Casol y Aurora Madaula, dos diputadas de la estricta confianza de Laura Borràs. También lo sería Francesc de Dalmases. Las dos han alzado la voz contra Albert Batet, presidente del grupo parlamentario y persona de la máxima confianza de Carles Puigdemont.
Al otro lado del tablero y junto a Batet están casi todos los demás. Desde Jordi Turull, Carles Puigdemont, Mònica Sales, Anna Erra y 26 diputados de Junts en el Parlament. Los junteros tienen 32, por lo que, descontando Madaula, Casoli y Dalmases, tan sólo 3 diputados más estarían en la línea del sector Borràs
Podríamos decir que se trata de Laura Borràs contra el mundo, pero no es exactamente así. La expresidenta del Parlament cuenta con buena parte de las bases, que han respaldado tanto su candidatura cuando fue preciso, como salir del Govern cuando ella lo pidió. La fuerza de Borràs es limitada, ciertamente, y más ahora que con la amnistía se entrará en una nueva etapa. Pero aún tiene cierto peso, sobre todo en los sectores que trabajan por la cuarta lista indepe de la mano de la ANC.
Y es aquí donde Laura Borràs y su entorno deben decidir qué hacer. Cristina Casol ya ha confirmado que no piensa dejar el acta, por lo que si es expulsada pasará al grupo mixto. Borràs, por tanto, puede hacer dos cosas: o la deja sola y apoya a la dirección de Junts -aunque sea vía silencio administrativo- o da un paso adelante y lo aprovecha para romper con el sector pragmático.
El papel de Laura Borrás en todo el caso
L'encara presidenta de Junts per Catalunya guarda silenci i espera esdeveniments. Manca per veure si la direcció de Junts complirà la seva amenaça i expulsarà Cristina Casoli, però després de saber-se que 26 diputats ho han demanat per carta, semblen obligats a despatxar-la. De moment, és el joc del gat i el ratolí i els dos sectors -el de Turull/Puigdemont i el de Borràs- esperen que l'altre mogui fitxa.
Lo que está claro es que hay un movimiento interno no solo par arrinconar a Laura Borràs, sino también para acabar con su sector. Ya pasó en las municipales, donde Xavier Trias copó su lista con el sector pragmático, y parece que sucederá en las catalanas. Borràs puede hacer dos cosas; asumir la derrota o plantar cara y escindirse. Hay que recordar que sigue inhabilitada y no parece que esto vaya a cambiar a corto plazo, de modo que pase lo que pase, seguirá lejos de una lista electoral. Sin embargo, una cosa es ver los toros desde la barrera y la otra que vayan acabando con los tuyos uno a uno.
Su decisión marcará el futuro de Junts per Catalunya a corto plazo. No solo porque podría perder varios diputados de golpe, sino también por sus expectativas electorales. Laura Borràs sigue teniendo su público. Solo falta por ver si tiene la valentía de romper con quien quiere expulsar a los suyos.
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