Junts per Catalunya se marca un farol con las elecciones
Nuevo cruce de acusaciones sin efecto real
La batalla definitiva de la guerra entre ERC y Junts se librará en las próximas elecciones al Parlament de Cataluña. Los partidos de la oposición siguen fantaseando con un anticipo electoral. Pero este parece no interesar a nadie, y esto da aire al Govern en minoría de ERC que, contra todo pronóstico, podría agotar la legislatura.
En la batalla Esquerra-Junts hay mucho de estrategia, y esto incluye gesticulaciones e ir de farol en muchas ocasiones. Como Junts en la sesión de control en el Parlament, esta semana, pidiendo elecciones anticipadas al Govern de Pere Aragonès. Más allá de la ocurrencia, ni confían en ello ni parece interesarles demasiado.
Junts lleva tiempo amenazando a ERC, desde que dejó el Govern, pero esta amenaza no tiene apenas recorrido. En todo caso, el anticipo electoral o la caída del Govern solo está en manos de ERC y, como mucho, del PSC. Y todo parece indicar que los socialistas también mantendrán vivo al enfermo hasta febrero de 2025.
Puro teatro
Albert Batet, líder de los juntaires en el Parlament, retrató a un Govern acechado por los problemas de sequía, el fracaso escolar, la gestión de la sanidad o de las viviendas de uso turístico. Por eso ha insinuado que Aragonès debe convocar elecciones. “¿Hasta cuándo piensa alargar esta agonía?”, le ha preguntado.
Pero esta es la misma pregunta retórica que Junts lleva tiempo formulando a ERC. Más allá de los aspavientos, Junts no tiene ni la fuerza ni la voluntad real de terminar con la “agonía” del Govern Aragonès. Una vez más, Junts y ERC han protagonizado una nueva pelea que parece poco menos que puro teatro.
En realidad, el Govern de Pere Aragonès depende de que el PSC y los Comuns aprueben sus presupuestos para dar estabilidad a la legislatura. Socialistas y comunes se hacen los estirados, pero ni a PSOE ni a Sumar les interesa una crisis ahora en Cataluña. Salvador Illa parece dispuesto a esperar su momento.
Junts espera a Puigdemont
En cuanto a Junts, queda claro que el final de la legislatura fuera del Govern se les está haciendo largo. El partido de Carles Puigdemont no solo se está desgastando en la oposición. Sino que también está sufriendo la crisis de confianza tras los acuerdos de investidura con el PSOE.
Además, el partido se encuentra en plena crisis interna por el cisma cada vez más profundo entre el sector de Jordi Turull y el de Laura Borràs. Las perspectivas electorales no son muy halagüeñas para ellos, así que esperan la llegada del “mesías” Puigdemont. Solo la vuelta del expresident, una vez aprobada la amnistía, puede rescatar a los juntaires.
Pero no ocurrirá hasta, al menos, verano de 2024, cuando queden ya pocos meses para las elecciones de febrero de 2025. Por eso el anticipo electoral ahora supondría más un problema que una solución para Junts. Pese a la gesticulación, prefieren esperar y ver como Aragonès se desgasta mientras esperan a Puigdemont.
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