Montaje de fotos de primer plano de Carles Puigdemont sonriente y Pedro Sánchez con cara de preocupación

POLÍTICA

Junts per Catalunya cambia su estrategia con Pedro Sánchez

El expresident prepara nuevas exigencias para el PSOE

La amnistía antes de la investidura no podrá ser. Junts lo tiene asumido, y por eso planea pedir al PSOE otras condiciones a cambio de ceder en la dilatación de la llamada Ley de Alivio Penal. Los socialistas consiguen así ganar tiempo, pero no les saldrá gratis, y tendrán que ampliar el abanico de concesiones a los independentistas.

El retraso de la ley de amnistía ha caído mal en el despacho de Carles Puigdemont. Pero este contratiempo no cambia el plan de Junts, que es seguir avanzando en la negociación para alcanzar un acuerdo histórico para el independentismo. Es más, el expresident cree que esto le da ahora una posición de mayor fuerza.

Únete al boletín de E-NotíciesLas NOTICIAS DE VERDAD
Unirme

La amnistía antes de la investidura era una forma de aplacar a los independentistas para que dieran su brazo a torcer en la negociación. Pero ahora que no se va a poder cumplir, Puigdemont podrá pedir contrapartidas y demostrar que es él quien tiene la sartén por el mango. 

En realidad, las negociaciones están dejando al descubierto una profunda desconfianza entre dos partidos que en pocas semanas podrían llegar a ser socios de gobierno.

Puigdemont pone la directa

El plan de Junts era que el PSOE se comprometiera a aprobar la ley de amnistía antes de la legislatura. Por un lado, necesitaba presentar a la opinión pública catalana un “trofeo” antes de la votación de investidura de Pedro Sanchez. Por otro lado, quería una prueba palpable de que los socialistas no se iban a echar atrás una vez investido el presidente.

Pero Pedro Sánchez tiene como máximo hasta el 27 de noviembre para ser investido, y no hay tiempo material para aprobar una ley de tal calado. Además, los socialistas tampoco se fían de Junts. ¿Y si aprueban la Ley de Alivio Penal y en el último minuto los diputados de Junts votan ‘no’ en la investidura?

Una vez asumido que no habrá investidura, Puigdemont ha puesto encima de la mesa un paquete de medidas que llevaba tiempo esperando. El expresident exigirá un compromiso firme de los socialistas, que pasará por un reconocimiento explícito del independentismo como interlocutor válido.

Una carrera de fondo

Lo ideal para Junts hubiera sido obtener la amnistía antes de la investidura y el compromiso por escrito de un referéndum de autodeterminación antes de dos años. Junts hubiera dado sus siete votos a Sánchez, y se acabó el problema. Pero los condicionantes y los plazos obligan a los postconvergentes a prepararse para una carrera de fondo.

La amnistía servirá para desjudicializar el procés y llevarlo al terreno político. Pero hay otra cosa muy importante para Puigdemont, y que pondrá encima de la mesa a cambio de no haber obtenido la amnistía a tiempo. Consiste en un reconocimiento explícito del independentismo como interlocutor con el Estado español.

El primer paso lo dio del Ministerio del Interior hace unos días, solicitando la retirada del independentismo catalán como terrorismo por parte de la Europol. Ahora se trata de dar un paso más. Si el Estado español reconoce al independentismo como interlocutor válido, entonces la amnistía tendrá más sentido y se abrirá la puerta al referéndum.

Los tempos de Waterloo

Puigdemont quiere marcar los tiempos de un plan que debe tener como horizonte una consulta vinculante sobre la independencia en Cataluña. La amnistía permitirá al expresident volver a Cataluña con el expediente limpio y ponerse de nuevo al mando del Procés. Utilizará entonces su posición para llevar al Gobierno a su terreno en el planteamiento de un referéndum de autodeterminación.

Junts quiere utilizar el botón nuclear como presión, es decir, forzar al referéndum con la amenaza de que en cualquier momento puede apoyar a PP y Vox en una moción de censura contra el Gobierno. Para entonces ya estará aprobada la amnistía, y Puigdemont podrá tensar la cuerda sin tanto miedo. Lo que está claro es que el PSOE está cerrando cada vez más sus salidas ante una posible encerrona de los juntaires.