El secretario general de Junts per Catalunya, Jordi Turull, interviene durante una rueda de prensa en la sede del partido, a 29 de mayo de 2023, en Barcelona
POLÍTICA

Junts apura su giro a la derecha con las encuestas en contra: ¿Estrategia o postureo?

El partido refuerza su perfil conservador para frenar la sangría de votos y atrae a los empresarios

Jordi Turull presentó este lunes en Lérida las propuestas de su partido para mejorar Cataluña. Una frase suya llamó poderosamente la atención. “En Cataluña hay varias políticas que te invitan a no trabajar y nosotros creemos que se debe confiar en la gente y en la cultura del esfuerzo”, dijo el secretario general de Junts.

Mujer hablando en un podio con un micrófono frente a un fondo de madera y mármol.

Esta retórica es la que caracterizó durante muchos años lo que Gabriel Rufián llama “la derecha catalana”. Pero la desaparición de CiU y la irrupción de Junts al calor del Procés arrastró la postconvergencia hacia la izquierda. Ahora hay un claro movimiento hacia la recentralización ideológica para volver a las esencias convergentes.

Las declaraciones de Turull no son casualidad, sino parte de una estrategia consciente. El partido ha impulsado una ley en el Congreso para combatir la multirreincidencia y ha adoptado un discurso más tajante con la inmigración. Sus alcaldes lideran una campaña contra los desmanes del empadronamiento, mientras el partido hace de oposición a la izquierda catalana en temas como los impuestos y la vivienda.

Pero surge también la duda de si el giro a la derecha de Junts es por convencimiento o mero postureo ante la adversidad. Junts empezó a virar a la derecha tras la irrupción del ‘fenómeno Orriols’. Esto resta credibilidad a Junts, a quienes muchos siguen viendo como un partido acomplejado y a remolque de Aliança Catalana.

Junts aprieta hacia la derecha

Junts se encuentra en medio de una crisis de los partidos procesistas, a quienes las bases independentistas culpan del descarrilamiento del Procés. Las últimas encuestas han disparado la preocupación en Waterloo. Junts es el partido que más apoyos está perdiendo mientras el PSC se consolida como fuerza hegemónica en Cataluña.

Esto arruina el proyecto de Carles Puigdemont de convertir Junts en un paraguas de partidos y entidades para relanzar el proyecto independentista. Su figura ha perdido el aura que tenía como líder del independentismo y es cada vez más discutido dentro de sus filas.

Todos estos problemas apremian el giro a la derecha de Junts pensando sobre todo en dos objetivos. Uno, frenar la sangría de votantes y militantes hacia la derecha. Y dos, atraer al empresariado desencantado con el PSC tras el acercamiento de Illa a ERC, Comuns y CUP.

Objetivo, las municipales de 2027

Por un lado, Junts es consciente que el fin del Procés ha coincidido con una oscilación del péndulo mundial de la izquierda a la derecha. Para renacer necesita adaptarse al nuevo contexto y esto exige abandonar la aventura woke de estos últimos años. En Junts siguen existiendo corrientes izquierdistas, pero las delegaciones locales están actuando como vanguardia del giro conservador.

Un hombre hablando en un podio con banderas de fondo.

Por otro lado, Junts está recuperando la convergencia retórica con la patronal que había dilapidado durante los años del Procés. La reconstrucción de las relaciones con Foment es clave para disputar al PSC la hegemonía política en Cataluña. Esto ha llevado a Junts a reforzar el contraste ideológico con el flanco izquierdo del Parlament, especialmente con ERC y Comuns.

El tercer movimiento estratégico consiste en robustecer la base local para afrontar las municipales de 2027 como antesala de las catalanas de 2028. Puigdemont prepara un relevo en Barcelona con Josep Rius para contrarrestar las encuestas que dan como ganador al PSC. Waterloo ha dado instrucciones para que toda la estrategia del giro ideológico se centre en ganar las municipales de aquí a dos años.

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