El PSC prueba el jarabe independentista
El expresident José Montilla fue abucheado en un acto con Puigdemont
El PSC quiso apuntarse al aquelarre independentista de ayer en Sant Miquel de Cuixà, en el sur de Francia, y salió escaldado. El acto organizado por la Universitat Catalana d’Estiu (UCE) se convirtió en una exhibición del independentismo más recalcitrante. El resultado, ovación para Carles Puigdemont y boicot para José Montilla.
El plan inicial era reunir a cinco presidentes catalanes para homenajear a Pau Casals. El expresident José Montilla se avino a participar en este acto político, y acabó probando el jarabe independentista. Pero, ¿qué esperaba el exmandatario socialista de quienes le recuerdan constantemente su origen andaluz?
Montilla tuvo que hacer su intervención entre los gritos y los pitos de la parroquia procesista enardecida. “Tengo la esperanza de que los que creen que solo hay una manera de entender España llegarán a aceptar que la diversidad es un valor que hay que proteger”, dijo el expresident. Unas palabras que tampoco gustaron y fueron respondidas con más abucheos.
José Montilla en terreno de Puigdemont
El acto en el que intervino José Montilla estuvo presidido por otros cuatros presidents, entre ellos Carles Puigdemont. El expresident prófugo de la justicia fue el gran ovacionado de la velada, y aprovechó para poner en valor sus logros en la negociación de la Mesa del Congreso. Sabía que jugaba en territorio amigo.
El expresident Quim Torra tampoco quiso perderse tan preciada oportunidad de azuzar a España. Llegó incluso a insinuar que Pau Casals no recibió el Premio Nobel de la Paz debido a una “tenebrosa maniobra española”. Aunque ya nada sorprende de Quim Torra.
Completaron el cartel el expresident Jordi Pujol y el President Pere Aragonès. Pujol destacó, en referencia a Pau Casals, que “somos y queremos ser una identidad abierta al mundo y a la gente”. Algo que al parecer no puede aplicarse a José Montilla, víctima del rechazo del independentismo bienpensante.
El president 'ilegítimo' para los indepes
José Montilla siempre ha mantenido una relación ambigua con el Procés. Por un lado, no dudaba en denunciar el “independentismo vergonzante” de Artur Mas, pero por otro culpaba al “españolismo rancio” de la fractura social en Cataluña.
Es el mismo Montilla que se puso al frente de la manifestación “Som una nació, nosaltres decidim”. Y el mismo que visitaba a los líderes del procés en la cárcel o que defendía su liberación para solucionar el conflicto catalán. A pesar de todos sus guiños, el grueso del procesismo nunca ha tenido piedad con él.
La histórica presidencia de José Montilla fue vista por el nacionalismo pujolista como una usurpación del poder que les pertenecía de forma casi patrimonial. No dudaron en utilizar sus orígenes andaluces para negar su legitimidad. "Me molesta mucho que sea un andaluz con nombre castellano", afirmaba Marta Ferrussola.
Para el supremacismo catalán, Montilla siempre fue un president “ilegítimo”, una anomalía. Algo que se encargan de recordarle siempre que pueden, como sucedió ayer al grito de "independencia" mientras Montilla defendía una "España fraternal".
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