
La izquierda mediática blanquea la corrupción para 'parar a la extrema derecha'
Periodistas como Carles Francino y Marta Nebot abanderan el relato oficial de la crisis
"No es lo mismo robar cuando se cree en el sálverse quien pueda, que hacerlo cuando se defiende la justicia social para tod@s". Esta frase que sonrojaría a cualquiera la escribió la periodista Marta Nebot sin ningún tipo de reparo en un diario de tirada nacional. Con ello quería defender la superioridad moral de la izquierda, que al parecer justifica la corrupción.

Nebot, que se ha significado durante años como una de las periodistas afines al sanchismo, no es un caso aislado. "Tenemos la responsabilidad compartida de evitar que esta crisis dé cancha a la ultraderecha". Esta otra frase la ha pronunciado en directo Carles Francino desde las ondas de La Ser.
Estos ejemplos marcan el relato oficial de la izquierda mediática, que ha ido cambiando en los últimos días. Del shock inicial pasaron a la dureza con el Gobierno, para luego blanquear la corrupción del PSOE.
Los totems mediáticos afines al Gobierno defienden que no es lo mismo la corrupción del PP que la del PSOE. También defienden la tesis de que Pedro Sánchez no sabía nada, y que fie una víctima más de Ábalos y Cerdán. Pero sobre todo, agitan el miedo a la extrema derecha para mantener prietas las filas.
El PSOE, víctima de la ultraderecha
Aunque el viernes parecía que todo se iba abajo, Pedro Sánchez tocó a arrebato y aquí no se mueve nadie. Ahora toca defender con uñas y dientes la integridad puesta en cuestión. Y el propio Sánchez ha demostrado en varias ocasiones que pocas cosas hay más movilizadoras que el miedo a la ultraderecha.
Mención especial merece Javier Ruiz, que desde la televisión habló de la corrupción del PP el día que saltó el escándalo de Santos Cerdán. Tampoco se queda atrás Ignacio Escolar, que ha puesto el acento en el problema que supone la crisis de un partido que llegó para frenar a la ultraderecha.
Los periodistas y analistas cercanos al PSOE que han denunciado con dureza la corrupción son acusados de traidores, e incluso de fascistas. Es el caso de Antonio García Ferreras, al que acusan de hacer el juego al PP y a Vox.
Al otro lado, los que se han quedado en el barco difunden ahora la teoría de que Koldo García era un topo de la Guardia Civil. Intentan demostrar que todo ha sido un montaje de la extrema derecha mediática y judicial para cargarse al Gobierno. Algo lógico, después de meses diciendo que no había corrupción.
Un caso parecido en Cataluña
Aunque en este caso se ha manifestado de forma grosera, la estrategia no es nueva. En Cataluña, ERC justificó también así las irregularidades descubiertas en la Dirección de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA). La diputada republicana de origen marroquí, Najat Driouech, acusó a quienes pedían explicaciones de estar alentando los discursos de odio y la ultraderecha.

Esto se ha convertido en la excusa perfecta para blanquearlo y justificarlo todo. Tanto ERC en Cataluña como el PSOE en España se han erigido como diques de contención de la ultraderecha. Esto les ampara para cometer cualquier latrocinio.
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