Isabel Díaz Ayuso tendrá que esperar

El debate de investidura podría haber sido la sentencia de un Alberto Núñez Feijóo en horas bajas. Ir al debate sin la mayoría necesaria era un riesgo que el gallego estaba dispuesto a asumir, y le ha salido bien. No solo ha conseguido presentar una sólida alternativa de gobierno, sino que además ha despejado las dudas sobre su liderazgo en el partido.

Si antes del martes había amplios sectores del PP que dudaban de la capacidad de Feijóo para conducir este barco, ahora todos confían en él. Incluso Isabel Díaz Ayuso y Alejandro Fernández, dos de sus opositores que ahora cierran filas en torno a él. De momento, la madrileña tendrá que esperar para tomar las riendas de la dirección nacional.

El éxito de Feijóo es de algún modo también el triunfo de su apuesta política. Frente a las presiones internas para que diera un giro a la derecha, ha mantenido su estrategia de ir hacia el centro para ampliar el consenso. En el PP están seguros de que tarde o temprano dará resultados.

El PP amplía su espectro electoral

Feijóo presentó durante el debate de investidura seis grandes pactos de estado para regenerar la política, recuperar la economía y afrontar los principales problemas del país. Problemas como la salud mental, la sequía, el fracaso escolar o el conflicto territorial. Fue, a todas luces, un discurso presidencial.

Con su propuesta de consenso consiguió retratar a la izquierda y llevarse a su terreno a los socialistas disconformes con los planes de Pedro Sánchez. Según una encuesta de Sigma Dos para El Mundo, un 19% de los votantes del PSOE investiría a Feijóo tras el debate. El PP amplía así su espectro electoral.

Génova espera ahora que las negociaciones PSOE-Junts fracasen y Feíjoo se imponga holgadamente en unas nuevas elecciones. Si esto no ocurriera, el gallego liderará una oposición responsable mientras el Gobierno de Sánchez se desgasta. Tanto en un escenario como en otro, Feijóo parece llamado a ser el próximo presidente del Gobierno.

¿En la calle o en el parlamento?

Isabel Díaz Ayuso ha entendido que aún no es su momento y ha dado un paso atrás. La presidenta de los madrileños no tomará decisiones que contradigan al líder de su partido y está dispuesta a cederle todo el protagonismo. Tanto a nivel institucional, como en la calle.

El plan A de Feijóo sigue siendo plantar cara a los planes secesionistas desde el Congreso y el Senado. Pero el presidente del PP también ha entendido la necesidad de compaginar la ofensiva institucional con la presión de la calle. Por eso no renuncia a liderar la movilización popular de los españoles contra la amnistía.

El otro dilema por resolver es el de Vox. Todos los esfuerzos del PP por ampliar el consenso no sirven de nada si no se deshace del lastre de los de Abascal, que ahuyenta al resto de fuerzas parlamentarias. Así, Feijóo asume la contradicción de girar hacia el centro mientras mantiene su alianza con Vox y consolida una política de bloques en la que el centro no existe.