Joan Ignasi Elena, durante una sesión en el Paralment
POLÍTICA

La inseguridad en las calles ya influye en la política catalana

El giro de Junts respecto a la delincuencia reincidente evidencia una nueva etapa en la que se normaliza hablar sobre cuestiones que hasta ahora eran tabú


Tras meses e incluso años queriendo tapar el problema -ya sea por el procés o por eso que dicen de "hacer el juego a la extrema derecha"-, la inseguridad en las calles de Cataluña ya forma parte de la agenda política catalana. La insostenible situación que se vive en el Maresme, donde un grupo de once delincuentes reincidentes acumula más de 260 detenciones, ha sido la gota que ha colmado el vaso.

Junts ya se ha subido al carro de la mano dura contra los malhechores que han hecho de la delincuencia su estilo de vida. Lo ha hecho admitiendo que presentarán propuestas para endurecer el Código Penal y pedir expulsiones a aquellos que acumulen varios delitos y sean extranjeros. El partido de Carles Puigdemont ha apostado por poner ese debate encima de la mesa, uniéndose así a otras formaciones como Vox o Aliança Catalana, que ya hace tiempo que exigen abordar esta cuestión.

Aunque a nivel catalán aún no se ha pronunciado, también hay sectores del PSC que apuestan por lo mismo. Su valedor más destacado es Albert Batlle, concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona, que ya hace tiempo que denuncia que el actual Código Penal es insuficiente para luchar contra según qué tipo de delitos. También Salvador Illa, en la sesión sobre seguridad que se hizo en el Parlament hace unas semanas, criticaba el buenismo imperante del Govern a la hora de tratar esta cuestión.

Al otro lado tenemos a la izquierda woke, formada por ERC, Comuns y la CUP, que siguen acusando de extrema derecha a todo aquel que intente abordar este problema que, cada vez más, afecta a los catalanes. Representantes de estas tres formaciones no han tardado en señalar el giro dado por Junts. E incluso el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, relativizaba el aumento documentado de los hechos delicitivos en Cataluña. 

Independiente de las ganas que tengan unos u otros de afrontar este debate, parece evidente que, lo que ha sido un tema tabú hasta hace no mucho, puede convertirse en uno de los ejes centrales de la política catalana en los próximos meses. Curiosamente, cuando será el último año antes de la convocatoria de nuevas elecciones en el Parlament. Por lo tanto, no sería de extrañar que la inseguridad en las calles acabe siendo una de las cuestiones destacadas de la próxima campaña electoral.

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