Un agente de Policía Nacional de espaldas

POLÍTICA

El 12% de la población española es inmigrante, pero cometen la mitad de los delitos

Cifras alarmantes que abren el debate

La acelerada degradación de las sociedades europeas occidentales plantea el debate sobre la seguridad y los límites de la inmigración. Los últimos datos ofrecidos por las autoridades españolas arrojan un panorama inquietante. Casi la mitad de los delitos son producidos por inmigrantes, pese a representar solo el 12% de la población.

Datos preocupantes

Según el Sistema Estadístico de Criminalidad del Ministerio del Interior, los inmigrantes cometen el 32% de los homicidios. La cifra se dispara cuando hablamos de violaciones y los robos violentos. El 39% de las violaciones y el 47% de los robos con violencia son cometidos por extranjeros. 

Otro dato significativo es el de las nacionalidades que están detrás de este tipo de delitos, especialmente del norte de África. Los marroquíes y argelinos están cuatro veces más implicados que los españoles en delitos penales. En cambio, ucranianos o chinos tienen una participación similar a la de los nativos.

En los últimos diez años, 20.000 extranjeros han sido acusados de delitos contra la libertad sexual. Teniendo en cuenta el porcentaje de inmigración en España, esto significa que su implicación en violaciones es cinco veces más alta que la de los españoles. Esto incluye las violaciones y los abusos sexuales.

Tomando los delitos penales en general, los extranjeros tienen siete veces más incidencia que los españoles. Además, los datos policiales muestran un aumento disparado de los delitos “cotidianos”. El número de inmigrantes implicados en lesiones físicas y robos violentos se ha multiplicado.

Debate abierto

Estos datos ponen encima de la mesa el debate sobre la reforma de la ley de inmigración. Un debate que ya están afrontando en países como Francia, y que en otros como Noruega o Suecia ha llevado a medidas drásticas. En los países nórdicos se ha restringido las condiciones de entrada y se ha endurecido el código penal.

Un caso sangrante es el de Suecia, en su día paradigma de la política de fronteras abiertas y hoy uno de los países con más homicidios. El problema de la inmigración masiva en lugares como Francia e Italia ha provocado también una reacción social. Las medidas para frenar los flujos de refugiados se van extendiendo por Europa.

En España, pese a los datos observados, sigue habiendo reticencias a afrontar este debate. Algunas comunidades como Cataluña están especialmente afectadas, con un porcentaje de inmigración y criminalidad muy elevado. En algunas ciudades se han producido ya estallidos, sobre provocados por extranjeros muy jóvenes.