Nuevas concesiones de Pedro Sánchez al procesismo

Novedades en la visita del presidente Sánchez a Cataluña. La principal, que el Ingreso Mínimo Vital será cedido a la Generalitat. Con esta cesión imprevista, Sánchez se sigue ganando al procesismo sin cruzar la línea roja del referéndum.

Reincorporación progresiva de ERC y Junts

El viaje de Sánchez a Cataluña se prometía más bien como una visita institucional y de cortesía. Es decir, Sánchez y Aragonès reunidos para decirse lo que ya saben y para emplazarse a continuar en el diálogo. Un nuevo ejercicio de equilibrismo que el PSOE tiene que hacer al tener tanto a Junts como ERC de socios.

Pero esta visita ha venido con algunas novedades de última hora como la cesión a Cataluña del Ingreso Mínimo Vital. Así mismo, han acordado una nueva ley de lenguas para antes del verano y una reunión de la mesa de diálogo con Aragonès. La cesión de Rodalies sigue en marcha y en el próximo mes de enero se procederá a la calendarización del traspaso.

La cesión del Ingreso Mínimo Vital no se había hablado durante las negociaciones de investidura. Puede ser el caso que fuera una bala en la recámara para usarla de cara a la galería. Al fin y al cabo, el PSOE tiene que ponerle fácil al procesismo su reincorporación a la política nacional.

No habrá referéndum

En este sentido, el presidente Sánchez va repartiendo concesiones a Junts y a ERC sin sobrepasar nunca la línea del referéndum. Si Junts tiene, por ejemplo, una mesa de diálogo, ERC debe tener otra y, además, una tercera entre gobiernos. Así, cesiones como la del Ingreso Mínimo Vital sirven para ir incorporando al procesismo en el estable marco del autogobierno.

Al tiempo que hace esta concesión, Sánchez deja claro que por ahora la gestión del 100% de los impuestos no está encima de la mesa. Y menos aún el referéndum: de hecho, Sánchez vincula un eventual concierto económico a una renuncia del referéndum. Por otro lado, celebra la vuelta a la “normalidad institucional” y dice que “la voluntad por parte de la Generalitat es total”.

Con sus concesiones, el PSOE parece dar por hecho que la cuestión de la independencia es un asunto de consumo interno en Cataluña. Los socialistas, en definitiva, se limitan a remarcar que el referéndum no es posible porque el marco es la Constitución. Y no entran a valorar la contradictoria situación en la que se queda el discurso nacionalista del procesismo.