El independentismo busca nuevo líder
Clara Ponsatí, Jordi Graupera, Josep Costa y Sílvia Orriols son los llamados a desbancar a Carles Puigdemont
Hace tiempo que Carles Puigdemont ha dejado de ser el líder indiscutible del Procés y del movimiento independentista. Los adeptos a la causa no le perdonan la traición de octubre de 2017, cuando suspendió la declaración de independencia después de haberla declarado. Luego vino la fallida estrategia del exilio, que ha culminado con el pacto de investidura con el PSOE y la renuncia a la vía unilateral.
En pleno proceso de descomposición, las bases independentistas buscan nuevas fórmulas y un nuevo líder que les devuelva la esperanza. A las puertas de unas nuevas elecciones en Cataluña, se dibujan principalmente dos espacios alternativos a los partidos procesistas: la lista cívica de la ANC, y el independentismo antiinmigración de Aliança Catalana.
Si Aliança Catalana tiene una clara candidata en la figura de Sílvia Orriols, la lista cívica, en cambio, sigue en busca de su líder. La propia presidenta de la ANC, Dolors Feliu, ha puesto encima de la mesa los nombres de Clara Ponsatí y Josep Costa. En la sombra está también el nombre de Jordi Graupera, muy bien considerado en el universo independentista.
Clara Ponsatí y Josep Costa: 'incompatibilidades'
La eurodiputada Clara Ponsatí presentó sus credenciales en julio del año pasado cuando desafió a Puigdemont y acusó a Junts de engañar al independentismo. Pese a conservar el escaño, aquello marcó una ruptura definitiva. Desde entonces, muchos la ven como la nueva líder del independentismo radical huérfano de dirigentes.
Pero la candidatura de Clara Ponsatí tiene dos inconvenientes. Uno es que ella misma se ha descartado para liderar ninguna candidatura, aunque está dispuesta a apoyar desde la sombra la lista cívica para regenerar el movimiento. Otra es su incompatibilidad para optar a la candidatura, según las propias normas de la ANC.
El candidato tiene que ser alguien que no haya sido cargo electo ni orgánico en ningún partido ni institución durante los últimos años. Lo mismo ocurre con Josep Costa, exdiputado y exvicepresidente del Parlament. El jurista y tertuliano lleva meses calentando en la banda con sus ataques a ERC y Junts y sus llamamientos a la movilización.
Jordi Graupera, la alternativa a medias
Pero el problema de Clara Ponsatí y de Josep Costa es que formaron parte del Procés, por mucho que ahora renieguen de él. Sus exabruptos parecen a veces poco menos que un intento para marcar distancias con su pasado. Si esto iba de nuevos liderazgos para empezar de cero, no parecen las figuras más indicadas.
Una de las figuras en la sombra es Jordi Graupera, excolaborador de Clara Ponsatí y líder de la candidatura fallida ‘Primàries Catalunya’ en las municipales de Barcelona. Pese a no haber estado en ningún cargo institucional u orgánico, estuvo nadando en las aguas del Procés. Pero su intachable compromiso con la causa y su prestigio académico le ponen en la línea de salida del nuevo proyecto.
El independentismo identitario y la ruptura
La opción verdaderamente rupturista es la que representan Aliança Catalana y el Front Nacional de Catalunya (FNC). El independentismo identitario ha irrumpido en el panorama político catalán denunciando el problema migratorio y la traición de los partidos (ERC, Junts y CUP). Sílvia Orriols ha anunciado su intención de presentarse a las elecciones catalanas con un punto clave, la declaración unilateral de independencia.
A diferencia de Clara Ponsatí y Josep Costa, Sílvia Orriols no ostentó ningún cargo durante el procés. Esto le ofrece una ventaja respecto a la lista cívica, a no ser que la ANC presente otro candidato con el curriculum impoluto. El independentismo identitatio no desprende el tufo procesista de la Assemblea, y este es un punto a favor.
Otra cosa es si el programa independentista radical de Aliança Catalana se puede aplicar o no, y cómo. Y el rechazo que genera la formación en una parte del independentismo por el estigma de la ultraderecha. De momento, el panorama arroja un movimiento dividido y sin un líder claro para iniciar una nueva etapa.
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