Las imágenes que sacuden Cataluña: una calle de BCN convertida en un estado islámico

Una de las consecuencias de la inmigración masiva de origen musulmán ha sido la islamización de Cataluña. En esta comunidad hay unas 617.500 personas de origen islámico, lo cual supone en torno al 8% de la población. La importación de las tradiciones ancestrales en comunidades de por sí muy cerradas ha contribuido a la formación de guetos en barrios enteros de grandes ciudades como la capital misma, Barcelona.

La comunidad chiíta en Barcelona celebra estos días la Ashura, la conmemoración del martirio del imán Husayn que es vivida por sus seguidores con muestras de duelo y procesiones. Un testimonio ha grabado y difundido las impactantes imágenes de esta manifestación de religión y fanatismo. Lo cual ha abierto nuevamente el debate sobre la sustitución cultural y los límites del multiculturalismo en Cataluña.

Un comentario en X resume las reacciones a este vídeo: “Esto no tiene nada de cultura catalana ni tiene que ver con la multiculturalidad o con los valores catalanes y occidentales. Es un acto de fanatismo islámico, de reafirmación antioccidental y anticatalán totalmente misógino”. Otra cuenta da la “bienvenida a la nueva Barcelona”, haciendo notar que “cada vez es más difícil encontrarse con un catalán”.

El vídeo ha sido comentado también por Pilar Rahola, que dice que “no es que no sea cultura catalan o de otro sitio, es que no es civilización”. En Twitter aclaran también que el chiísmo es “una escisión del islam ortodoxo” y que “no tirene nada que ver con Cataluña”.

Población pakistaní en Cataluña

El chiísmo es una rama minoritaria del Islam que se reivindica como sucesora diracta del profeta Mahoma. Siguen las enseñanzas del primo de Mahoma, Alí, en una versión más light de la interpretación tradicional de las escrituras islámicas, el sunismo. Los sunitas representan un 90% de la población musulmana en todo el mundo y tienen su centro en Arabia Saudí, mientras que el 10% de los musulmanes son chiítas y se concentran en Irán y en Pakistán.

Aunque no de forma exclusiva, la comunidad chiíta en Barcelona está representada sobre todo por población pakistaní. Los pakistaníes son la tercera comunidad extranjera más numerosa en Barcelona, y en barrios como el Raval alcanzan el 20% de la población. La comunidad chiíta se asentó en los años ochenta con un grupo de libaneses y creció en los noventa con la llegada de los pakistaníes.

En 1999 abrieron su primer centro de culto, la mezquita Al Qaim, y desde entonces han ido importando tradiciones tan impactantes como la de la Ashura.

¿Sustitución cultural?

La imagen de una calle de Barcelona convertida en un estado islámico ha causado preocupación e indignación en muchos catalanes. Hace tiempo que amplios sectores sociales denuncian la creciente islamización y la amenaza de la sustitución cultural que supone la inmigración masiva y descontrolada.

La importación de tradiciones extranjeras, sobre todo de origen islámico, contrasta con el progresivo abandono de las tradiciones cristianas, catalanas y occidentales por parte de las autoridades. En Cataluña, el Govern de ERC cambió el nombre de Navidad por el de Solsticio de Invierno e ignoró la Pascua y otras celebraciones cristianas. Sin embargo, siempre felicita el Ramadán y otras celebraciones de la comunidad islámica.