Montaje de fotos de Victor Halberstadt y Marie-Josée Kravis, dirigentes del comité de 'Bilderberg meetings', ambos con rostro sonriente
POLÍTICA

El hotel Bilderberg

Los asistentes, seleccionados cada año, oscilan entre 120 y 140, todos ellos líderes políticos y grandes influyentes

Imagen del Blog de Joaquín Rivera Chamorro

Con los rigores del verano y sin que sirva de precedente, me animo a cambiar el tercio de la historia geográficamente cercana por otros asuntos que despiertan mi curiosidad.

En 1954, en el hotel Bilderberg de un pueblo neerlandés llamado Oosterbeek, muy cerca de Arnhem, tuvo lugar una reunión a la que asistieron representantes de la política, de la alta sociedad, periodistas e influyentes financieros. El objetivo de aquel evento era el de crear un foro de discusión para fomentar un mejor entendimiento sobre las complejas fuerzas y tendencias que afectaban a las naciones occidentales en el complicado mundo resultante tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial.

A partir de ese momento, se realiza anualmente un evento de tres días de duración para entablar discusiones informales que promuevan un diálogo de entendimiento entre Europa y América del Norte. Los promotores de la iniciativa pretendían que los grandes líderes en los sectores de mayor influencia a ambos lados del Atlántico, pudieran hablar libremente y sin presión mediática en un foro especialmente adaptado para tal fin.

Desde entonces y hasta nuestros días, los “Bilderberg meetings” se han ido sucediendo organizados por una fundación específica del mismo nombre y gobernada por un comité cuyos miembros son elegidos cada cuatro años con la posibilidad de ser reelegidos. Ellos son los que preparan y proponen los puntos a tratar, el programa y la selección de participantes.

Plano general de la facha del hotel Bilderberg, ubicado en un pueblo neerlandés llamado Oosterbeek

El comité está dirigido por un hombre y una mujer: el neerlandés Victor Halberstadt, profesor de economía de la Universidad de Leiden; y la norteamericana Marie-Josée Kravis, empresaria de 73 años. El resto de componentes son 30 personas influyentes de 19 países. La única española dentro del mismo es Ana Botín, del Banco Santander. Entre ellos, podemos encontrar al presidente del Foro Económico Mundial, así como ejecutivos de grandes empresas con cobertura global, incluidas las de comunicación y media como Bloomberg, Google, etc.

Los asistentes, seleccionados cada año, oscilan entre 120 y 140, todos ellos líderes políticos y expertos en industria, economía, grandes empresas y medios de comunicación.

El secreto

Mantener el secreto de lo que se debate en el foro es una de las premisas en una especie de celebración masónica en la que personas de mucha influencia tratan sobre temas de interés general sin que trascienda nada del contenido de sus conversaciones.

Tanta discreción ha sido siempre un extraordinario caldo de cultivo para que las teorías de la conspiración pongan al selecto club en la picota de todos los males del globalismo y las nuevas iniciativas de organizaciones supranacionales como Naciones Unidas, la Unión Europea o la OTAN.

Oficinas de Google

Hasta el año 2012, el representante norteamericano del binomio que lideraba el comité fuera Henry Kissinger, lo que no favorecía la informalidad y escasa importancia que los representantes del foro tratan de dar a las reuniones anuales.

En aras de conseguir una mayor transparencia, se detallan los puntos a tratar desde que el selecto club se creó y, a partir de 2019, también se hace pública la lista de asistentes, a fin de evitar más especulaciones de las ya existentes.

Temas a tratar

Lógicamente, los asuntos han cambiado sustancialmente. Si en los en las primeras cuatro décadas estos estaban relacionados, fundamentalmente, con una visión realista de las Relaciones Internacionales y los temas solían adaptarse a la situación generada por la Guerra Fría; en los últimos 20 años han sido el terrorismo, el crecimiento chino, la inmigración, el libre mercado, el liderazgo norteamericano y la estabilidad mundial los temas más recurrentes.

La última reunión tuvo lugar entre el 18 y el 21 de mayo de este año en Lisboa. Los temas claves propuestos por la organización fueron:

  • La inteligencia artificial
  • El sistema bancario
  • China
  • La transición energética
  • Europa
  • Los desafíos económicos
  • India
  • La política industrial y de mercado
  • La OTAN
  • Rusia
  • Las amenazas transnacionales
  • Ucrania
  • El liderazgo norteamericano

No cabe duda de la ambición en la agenda propuesta; como todos los años, se trataron asuntos de la máxima importancia.

Asistentes

Los países más representados son Estados Unidos, que siempre acude con el mayor número de asistentes; el Reino Unido y Francia, que suelen mandar una decena de participantes, y el resto de naciones, hasta completar unas 20, que aportan un contingente mucho más reducido. En el caso de España suelen ser tres o cuatro.

En 2020 y 2021 no fue convocado el foro por la epidemia generada por el COVID-19.

A partir de 2018 se comenzaron a hacer públicas las listas de asistentes. Ese año los representantes españoles fueron: Juan Luis Cebrián, ejecutivo del diario El País. Soraya Sáenz de Santamaría, en ese momento vicepresidenta del Gobierno de España y Albert Rivera, líder de Ciudadanos.

En 2019, asistieron Inés Arrimadas, Ana Botín, Pablo Casado, presidente del Partido Popular y Javier Monzón, presidente del Grupo PRISA.

En 2022, en Washington, estuvieron José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores, Pablo Casado, que repetía asistencia, y Carlos Núñez, representando al Grupo PRISA de nuevo.

La presidenta del Banco Santander, Ana Botín, interviene durante el V Encuentro Internacional de rectores Universia, en la Ciudad de las Artes y las Ciencias, a 9 de mayo de 2023, en Valencia

Por último, este año, los españoles presentes en la reunión fueron: José Manuel Albares, que repetía, Ana Botín, José Creuheras del Grupo Atresmedia, José María Entrecanales de Acciona y Esteban González Pons como vicepresidente del Partido Popular Europeo.

Para hacernos una idea del nivel del que estamos hablando, en este último año podemos encontrar al ministro de Asunto Exteriores ucraniano, al ministro de Economía neerlandés, al ministro de Transportes francés, al vicepresidente de la Comisión Europea, al presidente del Foro Económico Mundial, al comandante del Mando Supremo Aliado de la OTAN en Europa, general Christopher Cavoli, al primer ministro danés, la primera ministra finlandesa, el ministro de economía francés, a la vicepresidenta canadiense, el primer ministro neerlandés, el ministro de Asuntos Exteriores Austriaco, el director de la Agencia Ciberdefensa, Infraestructura y Seguridad de los Estados Unidos, el ministro de Estado para la Seguridad del Reino Unido, el secretario general de la OTAN, la presidenta del Parlamento Europeo o el Director del Plan Estratégico del Consejo de Seguridad Nacional de los Estados Unidos.

Estos son solo un ejemplo del nivel político, pero el que corresponde a ejecutivos de grandes empresas, bancos nacionales e internacionales, medios de comunicación social, así como agencias y fundaciones internacionales, no desmerece, ni mucho menos, el de sus homólogos políticos: Pfizer, el Banco Santander, Shell, Amundi, Heineken, AXA, Planeta, Acciona, Aker, Le Temps, The Economist, Warner Bros, BP, Bloomberg, Microsoft, Ryanair, PSP, Google, Galp, EDP, Financial Times y un largo etcétera.

Una mujer pasa junto a un cartel de Ryanair en la terminal uno del aeropuerto de Dublín.

Repercusión

La cuestión “Bilderberg” ha sido llevada, incluso al Parlamento Británico, en el que, en 2013, el laborista Michael Meacher denunció la falta de transparencia sobre una reunión crucial que nos afecta a todos nosotros y calificó Bilderberg como “el lobby más grande y poderoso del mundo”.

En 2010, en medio de la profunda crisis económica española, el presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, participó en la reunión que se celebró en Sitges y que traía en su agenda la crisis del euro como uno de los asuntos más importantes a tratar.

Es inevitable preguntarse si se trata de un Club de ricos que quedan juntos para cenar y charlar informalmente de temas de actualidad o si, por el contrario, estamos hablando de algo mucho más poderoso e importante.

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