La hora de la verdad: Cataluña vota su futuro
Estas elecciones vienen con muchas incógnitas y la mayor de ellas es la gobernabilidad de Cataluña
Hasta que no se cierren los colegios y se haga el recuento la incertidumbre será máxima. Durante todas estas semanas, los sondeos han indicado por dónde podría ir la situación, pero reina en el ambiente la sospecha de que algo va a pasar. Se especula con una entrada muy fuerte de Aliança Catalana, con el aguante de Vox frente al PPC, con el hundimiento de ERC o con un empate técnico entre Junts y PSC.
Sea como sea, en estas elecciones hay un elemento distinto con respecto a las anteriores y es que estas marcan el tránsito entre el procés y lo que ya se conoce como “postprocés”. Por otro lado, estos comicios también recogen una amalgama de descontento social provocado por el problema de la vivienda, la inseguridad y la gestión migratoria.
PP y VOX: la lucha por el cuarto puesto
PP y Vox son adversarios electorales ‘de facto’ y compiten por votos muy parecidos. Aunque no hayan entrado al cuerpo a cuerpo durante la campaña, ambas formaciones saben que su lucha está en conseguir el cuarto puesto. Al inicio de la campaña, todos decían que el cuarto puesto sería para el PPC, pero Vox parece haber aguantado gracias a su estrategia de concentrarse en la inmigración y en la inseguridad.
Ciutadans: el fin de una etapa
La previsible desaparición de Ciutadans es otro símbolo de que nos encontramos en pleno tránsito hacia el postprocés. Ninguno de los sondeos les ha dado representación o ni tan siquiera la cercanía al mínimo del 3%. Una de las claves para saber en qué situación electoral se ha quedado el unionismo será estudiar hacia donde han migrado los antiguos votantes de Ciutadans.
Junts: liderazgo indepe
Durante los últimos días de la campaña, Junts se ha visto con mucha fuerza y esperan un empate técnico con el PSC. Esto es algo que al principio de la campaña no se veía con tanta claridad porque todos dibujaban a un PSC muy aventajado. Lo que parece seguro es que el segundo puesto es para Junts, que superaría a ERC y se haría con el liderazgo indepe. El resultado de Junts dependerá mucho de la decisión del votante nacionalista indeciso o que antes era abstencionista.
Aliança Catalana: la gran incógnita
Sin duda, el interrogante de estas autonómicas es Sílvia Orriols. Lo que pueda sacar Aliança Catalana es relativamente secundario porque, por el momento, sus diputados en el Parlament van a quedar inutilizados por toda una red de vetos. Lo significativo es el agujero que le pueda hacer a Junts. Más aún: Aliança Catalana mostrará si el independentismo se ha actualizado a través del debate de la inmigración y la pérdida de identidad o si, por el contrario, la figura de Puigdemont mantiene vivo el procés.
PSC: ¿Victoria impotente?
Salvador Illa es el encargado de recoger la política que Pedro Sánchez ha tenido con Cataluña desde las últimas elecciones generales. La duda es si su victoria - todas las encuestas la prevén - servirá para que consiga ser presidente. Si los números no dan para un tripartito y tampoco hay una mayoría indepe que le deje fuera, Puigdemont ya ha dejado claro que una sociovergencia (o cualquier otra cosa) la presidirá él. La pregunta entonces si Sánchez sacrificará a Illa para que Junts no le retire su apoyo en Madrid.
ERC: muchos nervios
De confirmarse hoy la fuerte tendencia a la baja de ERC, lo mejor que le podría pasar a los republicanos es mantener alguna cuota de poder. Las opciones que se lo permitirían no son fáciles y dependen de los caprichos de la aritmética. Los republicanos pueden hacer un tripartito con PSC y Comuns, una mayoría indepe (que no necesite a Aliança Catalana) o una alianza con el PSC si Aragonès consigue mantener el tipo.
Comuns y CUP: una incógnita más discreta
La dinámica que trae Sumar es sencillamente de desaparición. Si los Comuns resisten la resaca de Galicia y Euskadi será porque todavía mantienen cierta entidad propia heredada de ICV. No es descartable. En Barcelona todavía pueden mantener cuotas importantes de voto urbano ajeno a las preocupaciones de las zonas metropolitanas y rurales.
Por otro lado, la CUP ya forma parte del paisaje aunque su decadencia electoral de un tiempo a esta parte es notable. Los sondeos les dan una pequeña cuota de voto por parte de sus incondicionales. Con respecto a los pactos, una eventual mayoría procesista sin Aliança Catalana también dependería de ellos.
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