Pedro Sánchez se gana a Hamás

Pedro Sánchez ha solicitado esta semana comparecer en el Congreso de los Diputados para aclarar la posición del Gobierno español sobre el reconocimiento del Estado palestino. Lo ha hecho después de que la televisión pública irlandesa desvelara la intención de España y otros países de la UE de reconocer el Estado palestino el próximo 21 de mayo. Sánchez está liderando la diplomacia propalestina en Europa, y la organización terrorista Hamás prepara ya una carta de felicitación.

Así lo ha desvelado Vozpópuli, que citando a fuentes de la seguridad afirma que Hamás podría seguir con España el mismo ejemplo que con Bahamas y Trinidad y Tobago. Sendos países recibieron una carta de agradecimiento después de reconocer el Estado palestino esta misma semana. Según el digital, Hamás publica un comunicado ante cada reconocimiento, y solo cabe saber si la felicitación llegará de forma colectiva o a cada uno de los países.

La otra cara de la moneda es la crisis diplomática con Israel a raíz de la ofensiva diplomática del gobierno español. El gobierno de Benjamin Netanyahu advierte que el reconocimiento del Estado palestino supondría un blanqueamiento del terrorismo de Hamás, causante de la actual crisis en Oriente Próximo. Pese a la creciente presión internacional para un cese de las hostilidades sobre Gaza, Israel mantiene su objetivo de la derrota total de Hamás y desafía a países hostiles como España.

Palestina, una baza electoral para Sánchez

“Nosotros, el Movimiento de Resistencia Islámica Hamás, acogemos con satisfacción la decisión anunciada por el gobierno de Bahamas de reconocer el Estado de Palestina”. Así reza el comunicado enviado por Hamás a Bahamas, en agradecimiento por su gesto. En una carta muy parecida a la que podría recibir pronto Pedro Sánchez, loan la decisión “que sirve a las aspiraciones de nuestro pueblo palestina de liberación e independencia”.

Hamás denuncia la “campaña sistemática de exterminio y desplazamiento a manos del criminal ejército de ocupación sionista”. Y hace un llamamiento ”a todos los países para que defiendan la justicia de la causa palestina y apoyen a nuestro pueblo y su derecho a la libertad y el establecimiento de un Estado palestino independiente con Jerusalén como capital”. Está claro que más allá de las operaciones militares en Gaza, el bando palestino está ganando por goleada a Israel en la diplomacia internacional.

Quien ha jugado un papel decisivo en Europa ha sido Pedro Sánchez, que ha realizado varios viajes oficiales para convencer a sus socios europeos. Lo ha hecho en parte movido por las presiones de sus socios de gobierno, Sumar, pero también para marcar un perfil más izquierdista en momentos de zozobra. De hecho, hay quienes ven en su comparecencia en el Congreso las próximas semanas una intención electoral a las puertas de las elecciones europeas del 9 de junio.

Una política exterior errática

Además, con su ofensiva diplomática Pedro Sánchez consigue volver a ganar relevancia internacional tras su paso por la presidencia del Consejo Europeo en 2023. El presidente del Gobierno necesita reforzar su prestigio internacional ahora que las cosas no le van tan bien en el escenario doméstico. Para ello, sin embargo, ha tenido que arriesgar en una estrategia que pone en cuestión la coherencia de la política exterior de su gobierno.

Ahora muchos critican la incoherencia que supone el giro del Gobierno español en el Sáhara occidental y su posicionamiento a favor del Estado palestino. Se trata de dos conflictos coloniales similares, en los que la izquierda señala por igual al reino marroquí y al Estado de Israel como agresores y fuerzas de ocupación. Sin embargo, en un caso España apoya a Marruecos mientras que en el otro encabeza la ofensiva contra Israel.

Esto refuerza la idea de que el Gobierno español no tiene una línea clara en política exterior sino que se mueve a bandazos movido por sus intereses. Por ejemplo, creen que el giro con Marruecos responde a supuestas presiones del reino alauí, mientras que su liderazgo con Palestina obedece a su necesidad de reforzar su prestigio internacional como líder de izquierdas. Esto puede dar algunos réditos a corto plazo, pero a la larga compromete la credibilidad de España a nivel internacional.