El hombre fuerte de Salvador Illa en Europa destapa el engaño de ERC
Los dirigentes republicanos siempre han defendido que el punto de llegada es el referéndum de autodeterminación
La cúpula de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), encabezada por Marta Rovira, tomó el pasado mes de julio la polémica decisión de investir a Salvador Illa. Lo hizo argumentando que ahora toca ensanchar la base para llegar a la meta que es el referéndum de autodeterminación. Es el argumento que vienen esgrimiendo desde hace tiempo los líderes republicanos, con Oriol Junqueras a la cabeza.
Su tesis es que el procés ha fracasado y que ahora toca un repliegue de fuerzas para gestionar Cataluña mientras se avanza hacia el derecho de autodeterminación. Tras la aprobación de la amnistía, Junqueras dijo que “no es un punto y final”, sino un punto de partida hacia el referéndum de autodeterminación. Marta Rovira aseguró en marzo que ya estaban negociando con el PSOE un referéndum para Cataluña.
ERC ha utilizado este argumento para justificar su ruptura con Junts y la alianza con el PSOE. Pero ha sido precisamente el hombre fuerte de Salvador Illa en Europa, Jaume Duch, quien ha desmontado la falacia de los dirigentes republicanos. Por sus palabras queda claro que los socialistas ni contemplan la posibilidad de un referéndum, como ha vendido ERC todos estos meses.
El PSC lo tiene claro: nada de referéndum
Jaume Duch, Consejero de Acción Exterior y Unión Europea del gobierno de Salvador Illa, ha sido entrevistado este lunes en El Cafè d’Idees de TVE. A la pregunta sobre la posibilidad de un referéndum, no pudo ser más tajante.
“Este no tema ahora mismo, volver a abrir esta discusión lo que hace es apartarnos de las prioridades de este momento”, ha dicho. Es decir, el gobierno de Salvador Illa se enfoca en la gestión de los problemas que tiene Cataluña y descarta abordar cuestiones referentes a la autodeterminación.
Forma parte de la idea con la que se ha fundado el gobierno socialista de Salvador Illa, que quiere pasar página del procés y consolidar la pacificación de Cataluña. Esto implica trasladar el eje del conflicto nacional a las políticas sociales. Algo que solo puede hacer con el beneplácito de ERC, cuyos diputados son imprescindibles para garantizar la estabilidad del gobierno, aunque sus líderes predican lo contrario.
Esta es la gran contradicción de Esquerra, que para sobrevivir tiene que garantizar la continuidad de un gobierno que dinamita su relato sobre el derecho a la autodeterminación. Lo cual da la razón a amplios sectores de las bases independentistas, que llevan tiempo señalando el engaño de ERC: acusan a su dirección de actuar por su interés personal, sacrificando para ello el mandato del 1 de octubre y los principios del movimiento.
Rovira y Junqueras, los grandes señalados
Oriol Junqueras y Marta Rovira iniciaron hace cinco años la estrategia de la distensión, consistente en un acercamiento al PSOE para, mediante la renuncia a los objetivos de máximos, conseguir pequeñas victorias. Lo que los dirigentes republicanos entienden como paragmatismo, las bases lo ven como una traición. Señalan así a los dirigentes procesista como una casta que ha vendido los ideales por cargos y prebendas.
Los dos se batirán en duelo el próximo mes de noviembre, en el congreso nacional que debe elegir a la nueva dirección de ERC. El problema es que tanto uno como otro son identificados por el independentismo como los grandes traidores del movimiento, y parece difícil que sus proyectos den un cambio de rumbo al declive del partido. Las candidaturas alternativas, por su lado, no tienen la fuerza suficiente para imponer un vuelco en la formación.
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