Historiadores catalanes a favor del 'procés'

El profesor en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París Jordi Canal denuncia el papel que han jugado algunos historiadores catalanes en el 'procés'. En un artículo de seis páginas en el último número de la revista “Letras Libres”, lamenta que “la historia ha resultado un instrumento fundamental” y que los historiadores “han tenido un papel notable”.

“Cierto es que el uso y el abuso de la historia constituyen características fundamentales de todos los nacionalismos, pero en el caso de Cataluña esta circunstancia llega hasta puntos obsesivos y delirantes”, afirma.

Canal (Olot, 1964) explica que “en el relato histórico nacional-nacionalista Cataluña constituye una viejísima nación que se dotó (…) de un Estado siempre acechado por Castilla-España”. Y que se ha transmitido la idea de que, a finales del siglo XVII, era “un modelo de democracia”.

“Desde un punto de vista estrictamente histórico -añade- Cataluña no es una antigua nación, ni el primer gran estado-nación de Europa ni fue un Estado, sino que formaba parte de la Corona de Aragón".

El historiador recuerda que Jaume Sobrequés y Antoni Rovira i Virgili ya construyeron un relato nacional y nacionalista de la historia frente a Vicens Vives. Luego destaca que, en el 2014, ya se presentó la Guerra de Sucesión como “una guerra contra Cataluña”.

Entre los historiadores que han contribuido al 'procés' cita a Josep Fontana, Borja de Riquer, Jaume Sobrequès, Joan B. Culla. Y, entre los historiadores que se han dedicado a la política cita Oriol Junqueras, Quim Nadal, Santi Vila, Julià de Jóder, Jaume Sobrequérs, Agustí Colomines, Xavier Domènech, Ferran Mascarell o Aurora Madaula. 

También critica la “Historia mundial de Catalunya” (2018), de Borja de Riquer, con prólogo de Josep Ramoneda, porque hace “una historia al margen de la española”. La revista Sàpiens o L’Avenç, que ha acabado cerrando. Al igual que el Institut Nova Història.

En su opinión todo ello pasa por tres razones. La primera es “el éxito del proceso renacionalizador pujolista” y las inversiones en la materia de Jordi Pujol. Como el Museu d’Història de Catalunya y, ya en este siglo, el Born Centre Cultural.

En segundo lugar, tenemos el hecho de que muchos historiadores se abrazaran al nacionalismo tras la crisis del marxismo, y la “fuerte presión” sobre los historiadores a favor de un “compromiso nacional”.

Finalmente recuerda que, en los años 90, ya circularon panfletos anónimos contra Borja de Riquer, Enric Ucelay-Da Cal, Carles García, Roberto Fernández, Josep Maria Fradera, Pere Anguera o él mismo.