El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, llevándose las manos a la cabeza en el acto de inicio de la campaña, en el Pabellón de Convenciones de la Casa de Campo de Madrid
POLÍTICA

Hasta Pedro Sánchez se avergüenza de las negociaciones con ERC y Junts

La estrategia socialista deja claro que el PSOE juega con fuego

¿Recuerdan cuando Pedro Sánchez dijo que no podría dormir tranquilo por las noches si formase un Gobierno de coalición con Podemos? Ya sabemos que, cuando le conviene, Pedro Sánchez “cambia de opinión” y acaba haciendo lo que antes decía que no haría por nada del mundo. Lo hizo con el pacto con Podemos, con los indultos, con su posición respecto a Marruecos y en otros muchos casos. Y estamos a las puertas de volver a verlo con la concesión de la amnistía a ERC y Junts para que voten a favor de su investidura.

El caso es que, aunque apueste por “cambiar de opinión”, parece evidente que Pedro Sánchez sabe cuando está jugando con fuego. Y todo indica que las negociaciones con los procesistas es uno de estos escenarios. El líder del PSOE está dispuesto a impulsar una ley de amnistía de la que siempre había renegado. Pero claro, ahora es cuando necesita ceder para que ERC y Junts lo coloquen de nuevo en la Moncloa.

Pero Pedro Sánchez sabe que es peligroso agacharse ante los procesistas. Y no porque se lo haya advertido medio PSOE, medio Congreso, casi toda la judicatura e incluso los policías. Lo sabe porque así lo delatan sus movimientos en estos primeros días de contactos con Puigdemont y compañía.

Montaje con dos primeros planos de Carles Puigdemont y Pedro Sánchez sonriendo

Y es que, tal y como publica El Confidencial, el PSOE quiere proteger a Pedro Sánchez del desgaste que conlleva reunirse, rebajarse y pactar con ERC y Junts. Por este motivo se niegan a una negociación de tú a tú entre Sánchez y Puigdemont. Por eso la primera toma de contacto fue a cargo de Yolanda Díaz. Y por eso afirman que solamente negociarán con el grupo parlamentario de Junts y no con el expresident.

En Ferraz saben que se tienen que inclinar ante Junts, pero no quieren que ese diálogo se escenifique con imágenes que pueden erosionar la figura de Pedro Sánchez. Y es que, en caso de que las conversaciones fracasen, el presidente en funciones deberá ir de nuevo a elecciones y el PSOE no quiere que le puedan reprochar sus conversaciones con los procesistas.

Así pues, el PSOE mantiene su forma de trabajar discreta y fuera de los focos, a diferencia de una Yolanda Díaz que precisamente quiere marcar perfil. “Nuestro método es diferente”, aseguraba Félix Bolaños. Los socialistas se muestran optimistas porque saben que cediendo en la amnistía tiene prácticamente asegurado su triunfo en una futura investidura de Pedro Sánchez. Pero también tienen claro que deben proteger la imagen del presidente en funciones por si las cosas se acaban torciendo. Es lo que pasa cuando estás haciendo algo que puede tener consecuencias desastrosas a nivel electoral.

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