La guerra que se viene en ERC tras la renuncia de Pere Aragonès
Investir a Illa o nuevas elecciones, nuevos liderazgos o apostar por Junqueras: ERC abre la caja de los truenos
Como ya sabe toda Cataluña, Pere Aragonès deja la política institucional y no recogerá el acta de diputado. Se trata de la primera víctima de unas elecciones especialmente severas con Esquerra, que pierde un tercio de sus diputados de golpe. Lo dijo Aragonès la noche del domingo y tenía parte de razón: los republicanos siguen en un ciclo muy negativo tras las municipales y las generales.
La renuncia de Aragonès era previsible y le honora que sea tan rápida. Los militantes de ERC esperan ahora saber qué harán Marta Rovira y Oriol Junqueras -secretaria general y presidente del partido- para conocer la magnitud del cambio. La crisis interna de los republicanos llega en el peor momento, en plena incertidumbre tras las elecciones, donde el voto de Esquerra es necesario para formar gobierno.
Los republicanos deberán tomar una decisión muy importante en semanas y lo harán sin un liderazgo claro. A primera vista la figura de Oriol Junqueras emerge, pero la mayoría de militantes piden borrón y cuenta nueva. La cabeza de los altos cargos de ERC pide no apoyar a Salvador Illa, aunque esto signifique nuevas elecciones.
Los dirigentes republicanos saben que su formación no puede gobernar al lado del PSC y los Comuns e insisten en que se quedan en la oposición. Repiten una y otra vez que ahora le toca a Junts y al PSC formar un ejecutivo, aunque saben que tarde o temprano deberán decidir qué hacer.
A Esquerra se le presenta, pues, una disyuntiva que deberá solucionar antes de escoger a su nuevo líder. Apoyar o no a Salvador Illa en una investidura o, lo que es lo mismo, forzar nuevas elecciones e ir a ellas con Oriol Junqueras, probablemente.
Empieza el mal rollo en Esquerra
Hay muchos militantes de base que hace tiempo que veían venir el desastre. Eso sí, nadie se esperaba bajar hasta los 20 diputados. Altos cargos eran conscientes que tocaría sufrir, pero creían que era posible tener más de 25 escaños. El golpe es duro, Aragonès se ha ido y muchos militantes esperan más dimisiones.
Ahora mismo todos miran a Oriol Junqueras, presidente de la formación. La vieja guardia le empuja para que haga un paso adelante y anuncie que coge las riendas, aunque no cuente con el apoyo de las bases. La corte de Aragonès mira además hacia otro lado y dirigentes como Marta Vilalta, Sergi Sabrià o Laura Vilagrà guardan silencio.
Sin nuevo líder, a ERC no le interesa para nada ir a nuevas elecciones. Dar la presidencia a Salvador Illa con un voto a favor a cambio de nada parece una jugada a evitar, sin embargo. Es la tormenta perfecta en un partido donde Marta Rovira casi ni se habla con Junqueras, donde Marc Álvaro acusaba a un alto cargo de Economía de no asumir como propia la derrota y donde los militantes piden con urgencia un cambio de rumbo.
El mal rollo en Esquerra estaba silenciado mientras regentaba el poder autonómico. Casi todos los mandos ocupaban un puesto en la administración, pero la decisión de Aragonès de ir a la oposición abre la caja de los truenos. Hay quien quiere nuevas elecciones con o sin Junqueras y quien prefiere ser conservador, permitir a Illa gobernar y quedarse en la oposición.
Están, además, los que quieren entrar en el Govern para mantener cuotas de poder y, en cierto modo, la paz interna. Y, claro, empiezan a sacar la cabeza los que buscan reemplazar a Pere Aragonès y empiezan a hacer llamadas para sondear apoyos. Esquerra se prepara para que todos los debates silenciados desde 2012 salgan a la luz. Si Oriol Junqueras lo permite a corto plazo, claro.
Más noticias: