Montaje con un plano medio de Pedro Sánchez grande en el medio y otro de Carles Puigdemont y Oriol Junqueras más pequeños sonriendo
POLÍTICA

La guerra entre ERC y Junts amarga a Pedro Sánchez

Las tres mesas de diálogo complican las negociaciones


ERC y Junts siguen su guerra personal negociando por separado sus condiciones con el PSOE. Este fin de semana, socialistas y postconvergentes se han reunido por primera vez en Ginebra, Suiza, para sentar las bases de la futura negociación. Ahora llega el turno de Esquerra, que quiere recuperar la mesa de negociación con una reunión también en Suiza.

Los republicanos celebran que Junts haya entrado en el terreno de la negociación, lo cual implica indirectamente aceptar que ERC tenía razón. Y vuelven a tenderles la mano para una negociación conjunta con Madrid. Pero a la vez se nota que Esquerra va a remolque y que intenta igualar a Junts en una competencia permanente.

Esto supone un problema para el propio PSOE, que admite que la división independentista complica unas negociaciones ya de por sí delicadas. El mismo Pedro Sánchez ha dicho que en las dos mesas se acaban tratando los mismos temas. Y que el objetivo en el futuro es unificar las dos mesas de diálogo en una.

Tres mesas de diálogo

El relato de ERC es claro, para ellos no ha cambiado nada y es Junts quien tiene urgencia para justificar su cambio de posición. La realidad es que hacía más de un año que el PSOE no se reunía con ERC en la mesa de diálogo. Y que solo después del sí de Puigdemont a la investidura, Pedro Sánchez se ha avenido a retomarla.

Primer plano del político del PSOE Pedro Sánchez con rostro visiblemente serio

Esto y la imagen de la primera reunión entre PSOE y Junts en Ginebre este fin de semana obligan a ERC a dar un paso al frente. La intención de los republicanos es utilizar el perfil institucional de la presidencia de la Generalitat para dar empaque a la negociación. Por eso han anunciado una reunión oficial entre Pedro Sánchez y Pere Aragonès, el próximo 21 de diciembre.

Esa será la antesala de la primera reunión de la mesa de negociación entre ERC y el PSOE en Suiza. Por lo tanto, en la práctica habrá tres mesas de negociación entre el PSOE y Junts por un lado, con el Govern por otro, y finalmente con ERC. Los republicanos ya han confirmado que su verificador será diferente al de Junts.

Más problemas para el PSOE

Una de las obsesiones para el PSOE, desde el principio, era garantizar la estabilidad de la legislatura. Pero los propios socialistas jugaron a dividir a ERC y Junts para debilitar el frente independentista en las negociaciones para la investidura. Ahora, esto se le vuelve en contra porque complica aún más la delicada situación.

El Gobierno de Pedro Sánchez está condicionado por la guerra particular entre Junqueras y Puigdemont. Por un lado, por la propia dificultad de una negociación a tres bandas que pone más difícil las condiciones de Sánchez a los independentistas. Por otro lado, por la tensión que añade más inestabilidad a la legislatura.

Moncloa ya ha advertido a los partidos procesistas que las negociaciones serán lentas. Esto juega en contra sobre todo de Junts, que tiene más prisa para presentar unos resultados concretos a su electorado decepcionado por el sí a la investidura. Más tranquilidad se respiran en ERC, que solo miran con recelo los movimientos de Puigdemont.

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