La guerra en la ANC sube de tono: 'algunos parecen españoles'

Faltan pocas horas para que se cierre la consulta de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) a sus socios, sobre la lista cívica para concurrir en las próximas elecciones al Parlament. La decisión es de calado, porque si la ANC da este paso dejará de ser una plataforma transversal para convertirse en un partido político más. Esto ha generado un fuerte rechazo en un sector de exdirigentes críticos, que ahora piden impugnar la consulta alegando irregularidades y falta de transparencia. 

La expresidenta de la ANC Elisenda Paluzie ha reaccionado de forma contundente al intento de impugnación: “Qué tontería más grande, algunos parecen españoles”, ha afirmado. Paluzie ha recordado que en las consultas importantes de la Assemblea, como la del referéndum en 2016, se dejó votar a todos los socios, morosos y no morosos, y a los simpatizantes, aunque estos no pagan cuota.

La referencia a los morosos y a los simpatizantes tiene que ver con la denuncia que han hecho los críticos sobre supuestas irregularidades en el censo. Se quejan de que la ANC está dejando votar a gente que no son miembros de pleno derecho de la entidad. Paluzie ha estallado, considerando que bloquear la consultando es de "españoles", el peor apelativo que un independentista puede dedicar a otro.

Críticos contra el secretariado nacional

El sector crítico está encabezado por los exdirigentes Carles Castellanos, Jaume Marfany, Josep Cruanyes i Jordi Pesarrodona. Estos presentaron un manifiesto contrario a la lista cívica, y en defensa de conservar las esencias de la ANC como plataforma cívica de movilización. Lluís Llach ha anunciado su intención de presentarse a las elecciones al secretariado nacional para frenar la lista cívica.

El impulso de la lista cívica y la consulta proviene del secretariado nacional actual, presidido por Dolors Feliu y Uriel Bertran. Consideran que el proceso independentista ha entrado en una nueva fase, y que la ANC tiene que ser una alternativa a la traición de los partidos procesistas. Con ello quieren acoger a los independentistas descontentos con ERC y Junts, que hasta ahora solo tenían como opción la abstención.

El secretariado nacional lleva semanas haciendo campaña por la lista cívica, que espera que quede avalada con el 'sí' de los participantes en la consulta. Luego tocará dar forma a una candidatura que la dirección plantea como una "agrupación de electores" con un líder representativo. De hecho no hay un nombre claro, pero se especula con una posible fusión con el nuevo partido de Clara Ponsatí y que esta pase a ser la cabeza de cartel. 

La ANC, fiel reflejo del procesismo

La división interna en la ANC refleja fielmente el momento de desorientación del movimiento independentista en el post-procés. El espacio soberanista está experimentando un proceso de reubicación y renovación de liderazgos, con las elecciones catalanas a la vuelta de la esquina. La lucha se librará en el llamado cuarto espacio, donde la ANC compite con Clara Ponsatí y Sílvia Orriols. 

La ANC refleja el momento actual del independentismo, por un lado por la desmovilización, y por otro lado por la división. La Assemblea nació como un polo de movilización de la sociedad al margen de los partidos, pero en los últimos meses fue abandonado ese papel para acabar siendo un instrumento más de Junts en su lucha contra ERC. Esto ha generado rechazo en sector independentistas, que ya ven a la ANC como un elemento procesista más.

La decisión de presentarse a las elecciones plantea la duda sobre el riesgo de dividir aún más el voto independentista y alejarlo de la mayoría del Parlament. Tampoco parece claro el proyecto de los críticos, que piden volver a ser un instrumento de movilización pese a que la ANC ya no consigue atraer a nadie en sus convocatorias. Las próximas fechas serán clave para conocer el futuro de la entidad independentista.