Víctor Grífols con el presidente de la Generalitat, Atrur Mas, en la sede de la multinacional
POLÍTICA

Grífols, la única gran empresa que apoyó el Procés, en la cuerda floja

Un informe acusa a la multinacional catalana de maquillar sus cuentas. Los amigos de Artur Mas ya no controlan la empresa familiar, que se hunde en Bolsa tras las informaciones

Mal día para la familia Grífols. Un terremoto sacude la multinacional catalana, que ya había dado síntomas los últimos meses de debilidad. Esta mañana se ha sabido que un informe del fondo Gotham City Research acusa a Grífols de maquillar sus cuentas, manipular su deuda y que sus acciones tienen un valor de "probablemente cero" ahora mismo.

 A raíz de esta información, Grifols ha sido bloqueada en la bolsa tras ver como sus acciones se desplomaban un 30% a primera hora de la mañana. La única multinacional que dio apoyo al Procés se tambalea y -sea causalidad o casualidad- la compañía ha ido sumando problemas al mismo tiempo que el Procés iba muriendo.

Los Grífols, amigos y valedores de Artur Mas

Debemos situarnos en el 3 de abril de 2014. El Procés era ya un hecho y Artur Mas había decidido pisar el acelerador y abrazarse a David Fernández de la CUP. Faltaban pocos meses para la celebración de la consulta del 9N y Mas recibió un apoyo especial. Se trataba de Víctor Grífols, presidente de la multinacional, que le dijo en un acto público: "Tire adelante. No se arrugue".

Fue en una inauguración de una nueva planta de Grifols. Por aquel 2014 era una empresa de éxito, la principal compañía de plasma en España y con importante presencia en Estados Unidos. "Cuando una organización tiene un objetivo claro para alcanzar no se debe espantar de las críticas que cuestionan su estrategia o razón de ser. Con firmeza y determinación se puede llegar muy lejos. Sé que lo está pasando mal. Tiene determinación. Tire adelante. No se arrugue", dijo Víctor Grífols.

El independentismo de la familia Grífols y su amistad con Artur Mas era algo, pues, conocido y público. Entre la consulta del 9N y el referéndum de 2017 no dudaron en mantenerse próximos al procesismo y se negaron a cambiar su sede social tras el uno de octubre. Eso sí, la sede fiscal ya la movieron en 2015 y la trasladaron a Irlanda, para pagar menos impuestos. Indepes, sí, pero en lo social.

Artur Mas, con otros consellers de la Generalitat en una visita a la empresa Grífols en 2014

Paralelamente, Víctor Grífols recibía la Creu de Sant Jordi por parte del Govern de la Generalitat, que utilizó a Grífols en su propaganda para el referéndum. Grifols fue la única empresa del IBEX35 que no cambió su sede social, aunque ya a finales de 2017, tras el referéndum emitieron un comunicado críptico.

"En el hipotético supuesto de que la actual situación derivase en un nuevo escenario que pudiese afectar el curso normal de los negocios o de la situación financiera de la compañía, el consejo acordaría las medidas necesarias", decían los Grífols.

El Procés se desangra, Grifols también

Parece una broma fácil, pero es así: la multinacional del plasma se desangra desde hace meses. Dicen los expertos que Grifols tomó demasiadas malas decisiones en los últimos años, sobre todo cuando lanzó una OPA a su principal competidor y disparó su deuda financiera. Ya en 2022 la empresa arrastró caídas importantes en bolsa y los accionistas empujaron a Víctor Grífols a dejar su cargo como presidente de la empresa. Steven F. Mayer fue la primera persona fuera de la familia que ejerce de CEO en Grifols.

El informe de Gotham City Research de este martes 9 de enero de 2024 supone un nuevo problema para la familia Grífols, que se une a muchos otros. La multinacional lleva demasiados meses en una espiral descendente y con un incierto futuro. Como el procesismo.

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