Primer plano de una joven de cabello castaño y ojos claros con expresión seria sobre fondo negro
POLÍTICA

Greta Thunberg, el rostro del ocaso y la hipocresía del globalismo

El conflicto con Israel le ha servido para relanzar su imagen en pleno declive

Greta Thunberg ha sido noticia esta semana por su incidente con las autoridades israelíes cuando intentaba entrar en Gaza con la Flotilla de la Libertad. La activista denunció que había sido "secuestrada", aunque en realidad solo estuvo retenida antes de ser deportada. En realidad, ya había cumplido su objetivo que no era otro que dar bombo a la propaganda propalestina.

Greta Thunberg con camiseta azul claro rodeada de policías con gafas de sol y chalecos negros en un evento al aire libre.

Las redes sociales han cuestionado la versión de Greta Thunberg y han criticado su hipocresía. El mensaje más elocuente lo escribió Dimitris Soudas, exdirector de comunicación del gobierno canadiense:

Nadie te secuestró, Gretta. Créeme, te habrían puesto en el primer vuelo de vuelta a Suecia si pudieran. Suecia está atrapada contigo. El resto solo vemos las publicaciones de Instagram. Es curioso que nunca hayas navegado hasta Yemen. Durante más de una década, Yemen se enfrentó a uno de los peores desastres humanitarios del planeta. 90.000 niños muertos. 10 millones siguen muriendo de hambre.

Han sido muchos los que han reprochado a la activista que vaya a Palestina pero se olvide del Yemen. Esto retrata el cinismo de la izquierda, que solo defiende los derechos humanos allí donde puede sacar rédito. Greta Thunberg se convirtió en el gran símbolo de la élite globalista durante su auge, y ahora encarna también su decadencia.

El conflicto de la flotilla ha servido a Greta Thunberg para relanzar su imagen en pleno desgaste. En realidad, la activista sueca perdió hace tiempo su áurea y su integridad moral quedó en entredicho. ¿Qué hay detrás de Greta Thunberg y todo lo que representa?

El rentable negocio del activismo 

Greta Thunberg saltó al estrellato en 2008, cuando tenía 15 años, desafiando a los líderes mundiales contra el cambio climático. Fue en pleno auge de la izquierda globalista, que la tomó como referente de la instauración de un contrapoder. Aquella joven representaba tentadoramente la imagen de los de abajo levantándose contra los de arriba.

Aunque ya desde el principio se advirtió que aquella inesperada líder mundial podría acabar como juguete roto. En poco tiempo se fabricó el ‘efecto Greta’, y la adolescente pasó a estar rodeada de lobbies e importantes empresas energéticas.

El The Sunday Times destapó en 2019 el lucrativo negocio que se escondía detrás del icono de Greta Thunberg. Lo cual no deja de ser un fiel reflejo de cómo funciona el globalismo. Por un lado los mensajes grandilocuentes sobre las causas nobles y un mundo mejor, y por otro la protección de los grandes poderes.

En Cataluña también se ha demostrado como la cooperación exterior y la pobreza pueden acabar siendo negocios muy rentables. Lo cínico es que suelen venderse con grandes proclamas y una buena dosis de superioridad moral. 

Thunberg, al lado de los poderosos

Thunberg fue apadrinada por el magnate sueco Rentzhog, conocido como el Soros sueco, y un conglomerado de grandes empresas de su país. Estos lobbies utilizaron a la activista para acelerar la transición verde en las más altas instituciones. Los intereses económicos de la élite globalista, disfrazados de activismo, la encumbraron en lo más alto.

Greta Thunberg con expresión seria y cabello recogido frente a un fondo azul y amarillo.

Greta Thunberg fue considerada una de las personas más influyentes del mundo y fue nominada al Premio Nobel de la Paz. Pero la revelación de sus vínculos con magnates y grupos de presión le restaron credibilidad. Empezó entonces un rápido descenso que apagó su popularidad hasta reducirla a la irrelevancia estos últimos años.

Del mismo modo que la izquierda, Greta ha visto en Palestina un maravilloso escaparate para salir de la irrelevancia. Greta Thunberg es un producto de marketing que sirve a grandes poderes, y como tal solo está donde están los focos. 

Esta es la razón por la que Greta nunca irá a Yemen, un país que lleva años desangrándose en una silenciosa guerra civil con millones de muertos y hambrientos.

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