El Govern se jacta de incumplir sus acuerdos con el PSC

"Le puedo asegurar que el proyecto de presupuesto para el año 2024 que hemos elaborado no incorpora ninguna partida vinculada al proyecto que menciona. Como tampoco lo incorporaban los presupuestos del año pasado", decía este miércoles la consellera de Economía de la Generalitat Natàlia Mas en referencia al Hard Rock.

Hace justo un año, ERC pactaba con el PSC los presupuestos a cambio de aprobar definitivamente el plan urbanístico durante el primer semestre y mantener la disponibilidad de los terrenos. En enero de 2023, el presidente de ERC aseguraba que el Hard Rock seguía su curso administrativo y que, "sin ninguna duda", sería una realidad. 

Lo que sucede es que en un año no se ha avanzado nada y los dirigentes de Esquerra juegan, literalmente, al gato y al ratón. A mediados de año, el conseller de Salut, Manel Balcells, pedía abandonar el proyecto del Hard Rock. Poco después, el Delegado de la Generalitat en Tarragona, Àngel Xifré, lo desautorizaba. Aseguraba que Balcells hablaba a "título personal" y que nada había cambiado en referencia al proyecto.

Esta misma semana la portavoz de los republicanos, Raquel Sans, aseguraba que no era un proyecto de su partido, sino de la mayoría del Parlament. Y la su consellera de Economía iba más allá y sacaba pecho de no destinar ni un euro al proyecto en los presupuestos de 2024. Ver para creer: jactarse de no cumplir uno de tus acuerdos con el principal partido de la oposición y jugar al despiste cada vez que abres la boca.

Se puede estar a favor o en contra del Hard Rock. Es un debate complejo, donde se mezcla la necesidad económica de Tarragona y su entorno y un proyecto que gusta a los alcaldes de la comarca, pero con dudas reales de su futuro. Más cuando el Govern de la Generalitat está a favor y en contra, lo defiende en Tarragona y lo esconde en Barcelona. 

Los presupuestos de 2024, sin el Hard Rock

"En ningún momento se ha dicho lo contrario, de hecho, cuando se gobierna a uno le toca hacer cosas que no le gustan", aseguraba el Delegado de la Generalitat en Tarragona. El problema es que en un año no se ha avanzado ni se ha aprobado el Plan Director Urbanístico, cuando era un compromiso con los socialistas. 

Cuando uno incumple sus promesas con quién ha pactado algo, tiene dos opciones. Una es asumir el fallo, enmendarlo y recuperar la confianza del otro. La segunda es explicar lo sucedido, justificar tu cambio de opinión y buscar nuevos socios. El Govern de Pere Aragonès no ha hecho ninguna de las dos. Ha optado por una tercera: vender como un éxito el incumplimiento del acuerdo y esperar que el PSC vuelve a pactar contigo los números. Insólito.

Cualquier ejecutivo debería tener opinión y tomar partido en decisiones estratégicas para sus ciudadanos. Gobernar implica mojarse, aunque esto implique perder socios, la estabilidad y hasta el poder. ¿Quiere ERC el Hard Rock en Vila-Seca? La respuesta debería ser sencilla.