Primer plano de Sílvia Orriols sonriendo ligeramente con la boca cerrada
POLÍTICA

Al Govern se le gira en contra la multa de 10.000 euros a Sílvia Orriols

Acusan a la Generalitat de querer coartar la libertad de expresión y recuerdan que el delito de odio tiene que sancionar


Una vez más, el intento del Govern de ERC de señalar y estigmatizar a Sílvia Orriols se le ha girado en contra como un efecto boomerang. La consejería de Igualdad y Feminismos ha multado esta semana con 10.000 euros a la alcaldesa de Ripoll por unas declaraciones en las que consideraba al Islam incompatible con los valores occidentales. Lejos de conseguir silenciar una corriente de opinión, lo que ha conseguido es aunar más apoyos a su alrededor y poner en cuestión la medida.

El exdiputado independentista Germà Bel ha considerado la multa “un despropósito contra la libertad de expresión”. También ha afirmado que “no se habría producido” si en lugar del Islam “dijera catolicismo o evangelismo”. Bel ha pedido “que un juez garantice la libertad de expresión”, en este caso de Sílvia Orriols. 

La multa ha generado una ola de respaldo a Sílvia Orriols, y muchos recuerdan que es un juez quien tiene que sancionar el delito de odio y no una administración. Además, el líder de Vox Ignacio Garriga ha afirmado que “el Islam es incompatible con Occidente lo diga quien lo diga”. Ahora habrá que ver si la Generalitat le multa también a él, y a todo el que muestre su opinión sobre un hecho interpretativo.

Polémica por la multa a Sílvia Orriols

Germà Bel pone al Govern en un brete, al advertir que no sancionar a Ignacio Garriga por lo mismo que ha dicho Sílvia Orriols “sería algo muy parecido a la prevaricación”. Esto ha desatado una discusión con el diputado de ERC Jordi Orobitg, que recuerda que Garriga es diputado y como tal tiene inviolabilidad parlamentaria. Bel responde que a él le imputaron cuando era diputado, y la jueza archivó el caso no por la inviolabilidad sino apelando a la libertad de expresión.

Fotomontaje con las caras de Sílvia Orriols y Pere Aragonès

Además de Germà, se han pronunciado sobre ello otros exdiputados como Francesc de Dalmases y Héctor López Bofill. Dalmases acusa al Govern de “intereses de partido” y de “regalar una campaña” a Sílvia Orriols “infringiendo derechos civiles y políticos”. López Bofill habla de “violación aberrante de la libertad de expresión” y afirma que “si alguna instancia declara la ilegalidad de la multa, la consejera Tània Verge tiene que dimitir”.

El Govern se encuentra ahora con un doble problema que le puede acabar saliendo caro. Por un lado puede ver como la justicia tumba la multa al considerar las declaraciones como libertad de expresión, como ya ha ocurrido en otros casos. Por otro lado, se abre la veda a las sanciones contra declaraciones similares a riesgo de incurrir en una discriminación hacia Sívlia Orriols.

Apoyo a las palabras de Sílvia Orriols

En las redes sociales ha habido una avalancha de comentarios, entre los que domina sobre todo la estupefacción por considerar estas palabras un delito de odio. La mayoría considera que es legítimo pensar y expresar que el Islam es incompatible con los valores occidentales. Por ejemplo, por su concepción de la mujer como ser inferior al hombre frente a la igualdad formal entre hombres y mujeres en los países occidentales.

El otro debate es si la Generalitat tiene que actuar como policía política multando opiniones que están amparadas por la libertad de expresión. Muchos ven en la multa una obsesión de ERC contra Aliança Catalana desde que Sílvia Orriols ganó las elecciones en Ripoll. Ahora es además una de sus principales amenazas en el Parlament, si la alcaldes de Ripoll se presenta finalmente a las elecciones.

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