Una persona con cabello rubio rizado y uñas pintadas de rojo sonríe mientras apoya su rostro en su mano.
POLÍTICA

Giorgia Meloni lidera el pulso con Bruselas por la inmigración

La primera ministra italiana impulsa un cambio de enfoque en la política migratoria de la unión

Giorgia Meloni se erigió desde su llegada al poder como motor del cambio de paradigma en las políticas migratorias de la Unión Europea. La primera ministra italiana fue clave en el cambio de posicionamiento que permitió la reforma del Pacto de Migraciones y Asilo. Ahora ha dado un paso más con la formulación de un nuevo enfoque basado en la soberanía de los estados miembro.

Ursula Von Der Leyen en primer plano con Giorgia Meloni de fondo

Para ello ha encontrado un aliado contra natura como es Dinamarca, país gobernado por la socialdemocracia. Italia y los daneses han enviado una carta al Consejo Europeo para reclamar más soberanía para los países en materia de inmigración. 

El nuevo eje Roma-Copenhaguen consigue así superar el marco ideológico del debate más allá de la derecha y la izquierda. Impone un nuevo paradigma basado en la soberanía de los países para decidir sobre su seguridad. Plantean así un pulso al establishment de Bruselas que intenta mantener el control de los cambios en la política migratoria.

Más soberanía para mayor seguridad

La primera ministra italiana ha apelado a la defensa de los estados soberanos de “nuestros ciudadanos, nuestros valores y nuestra democracia”. Apunta que estos países “protegen los derechos humanos”. Y critica al establishment por “impedir a los Estados expulsar a criminales extranjeros o proteger sus fronteras”.

Ante esto, Meloni reclama “mayor autonomía a nivel nacional para decidir cuándo expulsar a ciudadanos extranjeros que hayan cometido delitos”. Así como “mayor libertad para controlar quién no puede ser repatriado”. 

La primera ministra italiana exige que el Convenio Europeo de Derechos Humanos “deje de utilizar los derechos como arma contra nuestras fronteras”. Insiste en que “defender los derechos también significa defender la seguridad, la legalidad y la libertad”,

Además, Meloni asume el rol de “liderar este cambio”, junto a cada vez más países de distinto color político. Hay que recordar que Italia ha puesto en marcha medidas pioneras para el control de la frontera y la externalización de las deportaciones. Un modelo que ha sido cuestionado desde Bruselas, que ahora se encuentra con este nuevo pulso.

La fórmula del éxito

Las políticas migratorias del Gobierno de Giorgia Meloni han conseguido reducir en tiempo récord la llegada de inmigrantes a Italia. Su éxito luce más en contraste con España, país con el que Italia comparte la problemática de ser un lugar de entrada a Europa. Mientras en Italia la inmigración ilegal se reducía un 70%, en España la llegada de irregulares aumentó más de un 80% en los últimos años.

Una persona hablando frente a banderas de la Unión Europea y de otro país.

Su modelo ha sido admirado y copiado por países con gobiernos muy alejados de la derecha radical. El mejor ejemplo es Dinamarca, donde al igual que en Alemania, la socialdemocracia experimentó una trasmutación.

La primera ministra socialdemócrata Mette Frederiksen impuso un cambio basado en una simple premisa: "La inmigración masiva es una amenaza para la vida cotidiana en Europa, y sobre todo para las clases trabajadoras". La izquierda danesa ha asumido que "la llegada descontrolada de inmigración devalúa los salarios, distorsiona el mercado y genera problemas de seguridad". 

Su gobierno ha endurecido las condiciones de asilo, ha limitado las ayudas públicas y ha acelerado las deportaciones. El resultado, un 28% menos de inmigración y un 85% menos de solicitudes de asilo. La extrema derecha, que en 2015 iba disparada, ahora es residual.

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