Una mujer hablando en un podio de madera con un micrófono y un vaso de agua al lado.
POLÍTICA

La Generalitat se carga la DGAIA tras los escándalos en la acogida de menores

La consejera de Derechos Sociales anuncia cambios voluntariosos en medio de un gran escepticismo

El escándalo de la menor tutelada de 12 años víctima de una red de pederastia ha hecho estallar la crisis de la corrupción de la DGAIA. Tras meses de silencio e ainacción ante las evidencias, el Govern no ha tenido más remedio que actuar.

Una persona desenfocada frente a un edificio con un cartel que dice

La consejera Mònica Martínez Bravo ha informado este lunes en una rueda de prensa de los cambios para una “transformación integral” de la DGAIA. Es el intento del Govern de arrebatar la iniciativa a la oposición e impedir que este tema le siga erosionando. A la espera de conocer el avance real de los cambios, las primeras medidas confirman la dimensión del escándalo que salpica sobre todo a ERC.

Cambios en la DGAIA

El Govern creará dos unidades externas para controlar la DGAIA y retirará su potestad para contratar nuevas plazas y conceder las ayudas. Los servicios de acogida seguirán siendo gestionados por la Dirección. Esta se dividirá entre un organismo preocupado por la prevención, y otro encargado de la protección de los menores tutelados.

La consejera ha anunciado la internalización de las ayudas, que fue uno de los mecanismos utilizados por las entidades para lucrarse. Pero en cambio mantiene externalizados otros servicios como la acogida. 

Eso sí, la consejera ha reconocido un exceso de la externalización de los servicios que acabó favoreciendo la corrupción. Ha admitido también déficits en el funcionamiento de la Dirección, insistiendo en la necesidad de fiscalizar la gestión. Aunque de momento parece que el Govern no puede ir más allá, por la incapacidad de asumir la internalización del servicio de acogida.

En todo caso, Martínez sí ha anunciado un plan para incorporar 300 nuevos profesionales hasta 2027 y un nuevo modelo de gestión con más tecnología, planificación y coordinación.

Las prestaciones gestionadas por la DGAIA pasan a la Dirección General de Prestaciones Sociales, y la contratación de plazas a la Dirección General de Provisión de Servicios. El Govern creará también la Oficina de Control de la Gestión. Servirá para controlar conflictos de interés, posible opacidad y revisar el código ético y la incompatibilidad.

El órgano impulsará también una auditoría para controlar a las entidades del tercer sector. Con estos cambios, el Govern reconoce el pozo de corrupción en el que se convirtió la DGAIA y el negocio del que se lucraron ERC y entidades sociales. 

Escepticismo ante los cambios

El Govern ha anunciado medidas contundentes para cambiar de arriba a abajo la DGAIA. Pero la demora en los cambios y su condescendencia con ERC siguen transmitiendo escepticismo sobre que vaya a producirse una transformación real.

Un hombre con gafas y traje oscuro habla en un podio con la palabra

La propia consejera ha repetido en la rueda de prensa algunas de las excusas de ERC, como el aumento de los menores tutelados. Y ha vuelto a elogiar los cambios introducidos en la Dirección durante el Govern de Pere Aragonès. Pese a los cambios anunciados, el PSC parece seguir queriendo proteger a su socio prioritario del escándalo.

El PSC es consciente de que la DGAIA puede acabar siendo para Esquerra lo que fue el 3% para CiU. Por un lado necesita mostrar determinación en los cambios, pero por otro se está encargando de “salvar” a su socio. De ahí su insistencia en abordar la reforma del sistema enfocados en lo que se puede mejorar pero “sin buscar culpables”.

También los Comuns han puesto el acento en los cambios, evitando convertir el escándalo en un “pim, pam, pum”. Los tres partidos han impulsado una comisión de investigación en el Parlament, que la oposición considera una "cortina de humo". 

El Govern confía en cerrar la crisis con la reforma de la DGAIA. Pero la oposición no lo olvidará tan fácilmente. 

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