Gabriel Rufián tiene ahora envidia de Junts y exige al PSOE negociar otra vez
Los republicanos instan al PSOE a no moverse ante el ‘chantaje de la derecha’
La guerra entre Junts y ERC tiene varios frentes. Y el frente de la guerra sucia (de ERC hacia Juns) es casi el menos importante. Una vez perdida la Generalitat, el lugar en el que paradójicamente tiene más recorrido el procesismo es en el Congreso de los Diputados.
La situación se presenta bastante clara. Junts aprovecha la debilidad parlamentaria del Gobierno para presionar al PSOE y, de paso, competir con Aliança Catalana. Ante esto, en ERC le reprochan a Junts que se pongan de lado de la “derecha española”.
Estos días nos han dejado ejemplos bastante ilustrativos. En una semana, Junts le ha tumbado al Gobierno la limitación de los alquileres y la senda de déficit, que el PSOE no ha presentado. Desde Junts, insisten en mantener un perfil fuerte y maximalista, que en realidad está dirigido al votante catalán.
La respuesta de Junts
Esta postura de los de Puigdemont no le gusta demasiado al portavoz de ERC, Gabriel Rufián. En declaraciones a los medios, Rufián ha dicho “empecemos de cero”, en referencia a una nueva negociación por los presupuestos.
De esta manera, los republicanos quedan a rebufo de los juntaires. Porque si el Gobierno vuelve a negociar los presupuestos, dice Rufián, lo tiene que hacer con todos. “Si abre la negociación para unos lo abre para todos”. Así mismo, ha insistido al PSOE en que “siempre es un error no plantarse frente al chantaje de la derecha”:
Entre las respuestas a estas palabras de Rufián ha estado la del secretario general de Junts, Jordi Turull. “¿De verdad?", ha dicho Turull, "Este siempre había sido el discurso de Ciudadanos y el PP”:
ERC, a la espera del fin de la guerra interna
Lo que queda constatado con esta situación es que Junts hace todo lo posible por tomarle la delantera a ERC en la lucha por el relato. Porque, aunque estos maximalismos de Junts puedan no servir para nada, su objetivo es transmitir una sensación de contundencia. Lo hicieron con la inmigración, el reparto de menas, la limitación de alquileres y ahora los presupuestos.
Finalmente, cabe recordar que ERC tiene en estos momentos un margen de maniobra muy reducido. La guerra interna alcanza su máximo nivel de tensión y habrá que esperar al congreso del partido para saber quién es el nuevo líder. Esto tendrá su efecto en el grupo parlamentario en Madrid: Rufián siempre fue de Junqueras.
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